Un tema complejo y delicado que demanda la voz y opinión de estudiosos y especialistas y no la de
un lego como lo es quien suscribe esta reflexión. Sin embargo, quienes de alguna manera
ejercemos liderazgo en la multifacética sociedad civil de Guayana tenemos la obligación de expresar
nuestra modesta opinión y someterla al escrutinio publico. Tal vez, el liderazgo político nacional
pueda rescatar y asumir algunas de las ideas que expongo a continuación.
Todos los venezolanos compartimos la convicción de que el territorio Esequibo es parte integrante
del territorio nacional. Todos, tirios y troyanos, estamos de acuerdo que Venezuela tiene títulos y
derechos incontestables sobre el territorio en disputa con Guyana. Más aún, todos estamos
informados y conscientes del despojo del cual fuimos víctimas con el Laudo Arbitral de París en
1899, afortunadamente develado en el memorándum Mallet-Prevost; y todos estamos informados
del reclamo venezolano que tiene en el Acuerdo de Ginebra (1963) su expresión más notable, firme
y contundente.
Hoy día, la inmensa mayoría de los venezolanos sabemos, y estamos preocupados, por el estado
de indefensión del país en la disputa territorial que nos ocupa debido al abandono de la reclamación
y la negociación que estableció el Acuerdo de Ginebra para procurar una solución práctica del
diferendo y, además, por la irresponsable ausencia de Venezuela en el juicio interpuesto por Guyana
en la Corte Internacional de Justicia. Ambas situaciones debido a la la irresponsabilidad,
incapacidad y deslealtad a la patria de Nicolás Maduro y su antecesor en la presidencia de la
república.
El gobierno, tratando de lavarse la cara ante el país y jugando a la política con p minúscula, propone
la realización de un referéndum consultivo para que los venezolanos digamos lo que todo mundo
sabe y nadie niega: el Esequibo es venezolano y todos estamos de acuerdo en hacer valer nuestros
derechos. Luego entonces, mal podríamos someter a consulta lo establecido en el articulo 10 de la
Constitución Nacional vigente. Referéndum, además, cuyos resultados son perfectamente inútiles en
el Juicio en la Corte Internacional de Justicia.
A pesar de esa afirmación, creo pertinente y necesario que los sectores políticos y sociales
democráticos asumamos la responsabilidad de convocar a toda la sociedad venezolana a participar
en el mencionado evento con un «aditivo» propio a saber: acompañar la convocatoria con la
denuncia de la traición de Chávez y su canciller en el año 2004 cuando dio luz verde al gobierno de
Guyana para que tomara posesión del territorio, explotara las riquezas existencondiciones mismo y
desarrollará los proyectos que a bien tuviera en beneficio del «pueblo hermano»; así como también
del abandono negligente de la reclamación venezolana a instancia de Fidel Castro.
Propongo participar en el referéndum debido a las siguientes consideraciones:
- Porque las fuerzas sociales y políticas democráticas deben trabajar para reforzar la percepción
pública de lo que son, vale decir, un sector que tiene a los intereses del país como su prioridad (la
soberanía nacional, la integridad territorial, la independencia, el Estado de Derecho, la libertad, los
derechos humanos y la democracia) y no sus particulares intereses políticos por legítimos que ellos
sean (el ejercicio de la oposición al régimen, conquistar el gobierno y el poder). Que no quede dudas
al respecto. Al mismo tiempo, en paralelo al llamado a participar, desenmascarar la jugarreta política
del régimen orientada a crear condiciones para postergar las elecciones presidenciales del 2024,
venderse como los defensores de la patria y tratar de minimizar la victoria política del 22 de octubre
(éxito de las primarias). Convocando a participar y a movilizar a toda la sociedad las fuerzas
democráticas serán percibidas como corresponsables de una eventual participación masiva,
continuidad del hito histórico que fue el 22 de octubre de este mismo año.
- La participación permitirá a los sectores democráticos conectarse con el sector minoritario de la
sociedad sobre el cual el gobierno ejerce control político a través de las herramientas clientelares
que posee y el miedo ( terrorismo de Estado). Reforzando, además, la confianza en el voto y en el
liderazgo democrático. - Estimo que no participar y llamar a la abstención pudiera percibirse como un acto insensible y de
espaldas al sentimiento nacional, según el cual el Esequibo es nuestro, El comportamiento correcto
debe ser acompañar esa justa y razonable visión colectiva, promover y elevar el espíritu
venezolanista de momento algo disminuido.
La convocatoria a referéndum es una jugada política inútil para la defensa de la integridad territorial,
probablemente acordada por instrucciones de la dictadura cubana (que manifiestamente apoya las
pretensiones de Guyana) y con la anuencia del gobierno de Guyana y el CARICOM con la cual el
régimen persigue hacer uso de la misma para recuperarse del descrédito e impopularidad que lo
afecta. Participando la oposición democrática y con María Corona Machado al frente ese plan muere
antes de nacer.