Fuentes cercanas a Monómeros revelaron a Bloomberg que Estados Unidos no renovará la licencia que permite a la empresa operar. La planta de fertilizantes propiedad del Estado venezolano, ubicada en Barranquilla, enfrenta un futuro incierto tras esta decisión. Y es que, desde 2019, Monómeros opera bajo sanciones, pero una licencia del Departamento del Tesoro le permitía comercializar fertilizantes y realizar transacciones financieras. Ahora, con la licencia a punto de vencer a finales de junio, la empresa podría quedar aislada del sistema financiero global. Esto pone en riesgo el 28% de los fertilizantes que Colombia consume, un golpe duro para los agricultores. La verdad es que la situación preocupa, y mucho, a quienes dependen de Monómeros.
Fertilizantes en Jaque
Sin la licencia, Monómeros podría detener su producción, afectando a pequeños agricultores colombianos. Estos, durante 20 años, disfrutaron de materias primas subsidiadas gracias a un acuerdo con Venezuela. “Es como cortar el oxígeno a los cultivos”, dijo un agricultor en X, reflejando la angustia. Además, la empresa fabrica alimentos para animales y productos industriales, como sosa cáustica. La interrupción sería un desastre para sectores clave. La decisión de EE.UU. genera tensiones, y muchos se preguntan: ¿qué pasará con los empleos y la economía local?
Impacto de las sanciones
La no renovación de la licencia refleja la presión de EE.UU. sobre empresas vinculadas a Venezuela. Monómeros, aunque opera en Colombia, sigue en la mira por sus lazos históricos. Y es que, sin acceso al sistema financiero, la planta podría colapsar. “Esto no solo afecta a Colombia, sino a toda la región”, señaló un analista en Bloomberg. Los pequeños agricultores, que dependen de fertilizantes accesibles, enfrentan un panorama sombrío. La esperanza, aunque frágil, recae en posibles negociaciones de última hora. Por ahora, la incertidumbre reina, y el impacto de esta decisión resonará en los campos colombianos.
PUNTO DE CORTE
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