Algo que siempre estuvo presente y se mantiene presente en el discurso de quienes se llaman o autocalifican de revolucionarios es la figura del infiltrado, agente del enemigo o provocador, eso en cualquier latitud latinoamericana, en cualquier punto de la geografía de esta parte de nuestro mundo, tendríamos que ver la historia y sacar conclusiones simples de una crónica de los largos días. Claro no es de extrañar que muchos de esos que uno vio como ejemplo de desprendimiento terminaron siendo parte de mafias y organizaciones criminales, enriqueciendo sus arcas con lo aprendido en las batallas políticas.
“Este lunes la justicia mexicana confirmó la sentencia que condena a Raúl Escobar Poblete, mejor conocido como el «comandante Emilio», a 60 años de prisión por secuestro agravado.
Con este veredicto, la Fiscalía mexicana ratifica la decisión tomada en junio en la que el exguerrillero chileno fue encontrado culpable por el secuestro de Nancy Michelle Kendall, una ciudadana franco-estadounidense.” https://www.bbc.com/mundo/noticias-america-latina-50055815
Lo cierto es que con seguridad años antes este sujeto como muchos otros eran quienes señalaban con su flamígero quien era dado de baja, quien sería suspendido, perseguido acosado por su organización su valentía no lo apartó del crimen o en el sentido marxista el dinero tuvo su efecto enajenante en quien alguna vez fue un arrojado comandante del FPMR y que cantaba su himno a pie juntillas, yo también canté esa pegajosa cancioncita, pero en la batalla contra la burguesía muchos jefes se pasaron a formar parte de sus antiguos enemigos de clase. https://www.youtube.com/watch?v=ttMy5ehUOs4
Lo mismo en Colombia, Ecuador o Venezuela, en estos días de crisis política social, económica en Venezuela donde la incapacidad galopa como el caballo de algún escudo nacional, los antiguos amigos que gritaban contra los bajos salarios, el hambre, la represión, la tierra para los campesinos, trabajo para los obreros, muchos de esos gritones de alguna marcha del siglo XX. Son quienes señalan como agentes del enemigo, de la CIA o de cualquier conglomerado policial o de espionaje del mundo a cualquiera que luche en la Venezuela del siglo XXI o gritar las consignas que aquellos gritaban antes.
Son dignos de algún esfuerzo médico profesional a menos que la búsqueda hubiera sido desde el principio ser ellos los tiranos a modo de quienes hoy ejercen el poder, cualquier comentario por pan, tierra o libertad será visto como un esfuerzo por sabotear el largo camino de prosperidad y felicidad que nunca llega.
Vamos viendo cómo la realidad de los revolucionarios choca con la decisión de los rebeldes, los revolucionarios obedientes al acto marcial y los rebeldes a la razón civil, los rebeldes gritan siempre por la justicia y los revolucionarios con militancia y apoltronada van observando en que lugar se acomodan para observar por la pantalla de televisión como los pueblos luchan en otras latitudes y aplauden, mientras que persiguen a quienes en la calle vecina dan la batalla social por una vida mejor.
Un detalle de la militancia de más de una organización política de derechas o izquierdas es que debemos creer en lo que se dice y no en lo que se hace, conocemos cientos de ejemplos de Stalin a Franco y de Pinochet a Castro.
Los nuevos creyentes a pesar de las caídas garrafales, aun con las mentiras constantes y sistemáticas, de los atropellos a las libertades individuales, a la censura cotidiana los seguidores de estas iglesias de militancia política y es que un fiel de una iglesia de cualquier tipo es como un militante de una organización, en cualquiera de las dos en muchos casos no solo se guían por algún texto a pie juntillas, también observan con sumo cuidado el diezmo o las cotizaciones, el negocio del hermano o el puesto del compañero o camarada o militante.
Se deberá creer en lo que se dice y no en lo que se hace. Así ocurre hoy con los defensores de algunos regímenes o gobiernos de nada valen las pruebas los miles de asesinados, las pruebas de tortura, la censura cotidiana, la persecución a la disidencia. Lo mismo para los que apoyaron a Pinochet o Castro o a Franco ellos solo fueron víctimas del tiempo que les tocó vivir, los asesinatos cometidos fueron solo hechos necesarios. Algo así como pensaba Sartre en su momento y aún más lo escribía y defendía con vehemencia su posición.
Sobran ejemplos que nos pueden esclarecer lo antes dicho, pero incluso sectores ilustrados de la intelectualidad europea pecan a la hora de juzgar de manera equilibrada a los suyos o a quienes dice pertenecer. «El ejemplo sin duda más escandaloso fue el de Jean Paul Sartre, quien no sólo aceptó participar en el Congreso de Intelectuales organizado por Stalin, sino que, tiempo después, cuando le asaltaron las primeras dudas acerca de aquel régimen criminal, decidió convertirse en maoísta. Y lo hizo precisamente en la época más deleznable del maoísmo, la de la Joven Guardia Roja y la Revolución Cultural, el movimiento organizado por el viejo Mao para recuperar el poder, apoyándose, como suelen hacer los fascismos, en la fuerza de choque de los jóvenes.» https://cualia.es/la-izquierda-que-no-quiso-ver/
En fin, cosas de la vida que no asumir nunca el orden cerrado de algún chico que antes salía corriendo por alguna calle de Valencia cuando lo perseguía la recluta y hoy ya viejo como yo se dobla ante una orden superior o castiga a alguien que se salga de la red del mando superior. Yo en la civilidad esperando y luchando para que algún día.
Isaías 2:4: «Y juzgará entre las naciones, y reprenderá a muchos pueblos; y volverán sus espadas en rejas de arado, y sus lanzas en hoces; no alzará espada nación contra nación, ni se adiestrarán más para la guerra».
Isaías 29:20: «El dictador dejará de existir, el arrogante no permanecerá, y todos los que están listos para hacer el mal serán destruidos»