La situación de salud de la etnia Warao es un reflejo de las desigualdades estructurales que histórica y sistemáticamente enfrentan los pueblos indígenas en Venezuela. La falta de acceso a servicios médicos oportunos y la marginación social han creado un círculo vicioso de enfermedades y sufrimiento que amenaza con diezmar la segunda población indígena más numerosa del país, asentada en el delta del Orinoco.
Las cifras oficiales que permitirían dimensionar el problema en la actualidad son inciertas, teniendo en cuenta que la publicación del Boletín Epidemiológico el Ministerio del Poder Popular para la Salud (MPPS) de Venezuela ha sido irregular, con períodos de silencio y reanudaciones, generando cuestionamientos por parte de organizaciones como la Sociedad Venezolana de Salud Pública, la Academia Nacional de Medicina y la organización no gubernamental Programa Venezolano de Educación Acción en Derechos Humanos, mejor conocida como Provea.
Para ilustrar la irregularidad, valga como ejemplo el hecho de que en 2016 el MPPS publicó los boletines que adeudaba desde julio de 2015, año en el cual Henry Ventura, ministro de la cartera para entonces, declaró que “el boletín no va a salir más nunca”. Después de esto, en noviembre de 2023, se dio a conocer el último boletín epidemiológico semanal.
A pesar de la opacidad gubernamental, algunos documentos ofrecen referencia de la situación de salud del pueblo Warao: un informe publicado en 2021 por la Fundación La Salle de Ciencias Naturales revela que “95 por ciento de la población, estimada en 22 mil miembros, sufría desnutrición y parasitosis”; además, sostiene que enfermedades como la malaria, el cólera, la difteria y la tuberculosis habían resurgido “con fuerza”.
La tuberculosis es considerada la principal causa de muerte en el pueblo warao. En 2020, un estudio publicado en la revista EntreRíos, de la Universidad Federal do Piaui (Brasil) y realizado por un grupo de expertos venezolanos, señalaba que la incidencia de esta enfermedad en la población indígena es 13 veces mayor que en la población no indígena y 19 veces superior a la tasa nacional en el estado Delta Amacuro, donde se asienta más de 80 por ciento de comunidades de esta etnia.
El mismo estudio recuerda que, en 2013, las principales causas de mortalidad de indígenas en ese estado fueron diarreas, gastroenteritis, infecciones respiratorias y enfermedad por VIH. Dos años antes de su publicación, en 2018, la oenegé Kapé-Kapé alertaba sobre el aumento de sarampión, paludismo, tos ferina y poliomielitis entre los waraos.
Según el equipo de antropólogos y profesionales de la salud que participó en este estudio, a propósito de la migración de grupos de indígenas a Brasil, “las condiciones de vida de las comunidades waraos son de las más precarias de todo el país”; además, asegura que “los problemas de salud están determinados, principalmente, por la carencia de saneamiento básico, falta de agua potable, escasez de alimentos y difícil acceso a servicios de salud eficientes y culturalmente adecuados”.
CORREO DEL CARONI