Autor: Editor Jefe

  • La opresión de cada día, por Gregorio Salazar

    La opresión de cada día, por Gregorio Salazar

    Economistas, periodistas y trabajadores de la prensa, defensores de derechos humanos, docentes, sindicalistas, activistas políticos y ahora hasta los hinchas de los equipos de fútbol sienten que se estrecha para ellos el espacio bajo el sol en esta atribulada patria venezolana.

    En cada uno de esos grupos humanos se encuentran hombres y mujeres que han perdido la libertad, no ya la conculcación de garantías constitucionales que de manera general padece la ciudadanía, sino la libertad en el más estricto sentido del ser individual, la condición más consustancial al ser humano.

    Elementalmente, la libertad. Esa que se ejerce en la calle, a campo abierto con plenitud de accionar, compartiendo el calor hogareño al lado de la familia y los amigos, disfrutando del esparcimiento que prefieran, de dedicarse a formarse o ejercer la actividad profesional para la cual se capacitaron. Eso y todo lo demás que da el privilegio de estar vivo.

    Hablamos de la agobiantes circunstancias en las que se encuentran esos casi mil venezolanos, presos políticos arrojados a las cárceles del régimen, a merced de un sistema judicial que ya no cumple otra función que ser parte fundamental del engranaje opresivo, represivo y de dominación que se empecina en instaurar la cúpula en el poder, absurda y equivocadamente convencidos, como lo aparentan estar, de que Venezuela les pertenece en exclusiva y a perpetuidad.

    Son más de 900 los encarcelados, pero afuera hay una sociedad que palpa la amenaza, que siente que el riesgo gravita sobre ella. Que ha visto cómo el cerco opresivo se ha venido estrechando con el pasar de los años en «revolución socialista». Primero con atisbos discursivos, vulgares alardes caudillistas, luego con extralimitaciones espasmódicas, después acentuando los abusos de poder, pero desde hace unos años de manera abierta y declarada trabajando sin pausa –política y administrativamente– para desechar la Constitución y corromper hasta podrir las instituciones en cada intersticio.

    Su impudicia parece decirnos: «Sí, es lo que buscamos». Y el temor, dolorosamente, va deja mella en la sociedad venezolana, que sin embargo se revela y se resiste a prosternarse, como lo demostró en la histórica jornada del 28 de julio. La mayor catástrofe política del chavismo. Una sentencia que espera por su cumplimiento.

    Tres hitos han venido a sumarse en días recientes como pruebas fehacientes del declive de libertades que vivimos. Las presiones contra economistas, que ameritó un comunicado del Observatorio Venezolano de Finanzas (OVF) y de la Facultad de Economía de la UCV, el pase a tribunales de la joven periodista Nakary Mena Ramos y su esposo, Gianni González, y la persecución y encarcelamiento de varios hinchas de un equipo de fútbol que asistía a una final de campeonato en Caracas.

    El título del comunicado de la OVF es más que elocuente: «Medir precios no es un delito, es una necesidad». Un cuidadoso esfuerzo por explicar que cuando ofrecen a los actores económicos y a toda la ciudadanía el resultado de sus cálculos sobre el movimiento de los costos de bienes y servicios – basadas en las propias cifras públicas– no pretenden otra cosa que arrojar luces sobre la realidad de la economía venezolana. Y que todos puedan introducir los correctivos en su accionar. Cuando el OVF llega al extremo de incluir en su declaración hasta la fórmula de Laspeyres, mundialmente utilizada, dice a las claras de los temores que abrigan sobre represalias u otras presiones.

    Por su parte, la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales (FACES), de donde otrora salieron funcionarios para el gabinete de Chávez, tras las detenciones y desapariciones de varios profesionales de la economía –como los profesores Gerardo Cacique y Daniel Cadenas– reafirmó su “compromiso inquebrantable con el libre ejercicio profesional de todos sus egresados” y rechazó «cualquier intento de coacción o restricción a los miembros de nuestra comunidad académica, sean estudiantes, profesores, estudiantes, empleados o egresados».

    A comienzos de semana, se conoció que el Tribunal Primero de Control dictó privativa de libertad y pase a juicio de la joven reportera Nakary Mena Ramos (Impacto Venezuela), tras dos meses de detención por la publicación de un reportaje sobre el tema de la seguridad pública, en el cual su esposo fungió como camarógrafo.

    Otros dieciséis periodistas y trabajadores de la prensa, según registra el CNP-Distrito Capital, permanecen detenidos en razón de su labor o por alzar su voz contra las injusticias.

    Y casi toda la semana fue motivo de escándalo la persecución y detención de varios miembros de la hinchada del Deportivo Táchira que tuvieron la nada extravagante decisión de viajar a Caracas para apoyar a su equipo en una final de campeonato. Veintinueve fueron retenidos y cuatro quedaron detenidos. Los intríngulis del caso, desde las maniobras para impedir su llegada a Caracas hasta la represión y detenciones, así como la penetración del régimen en la instrumentación del deporte profesional, son francamente pavorosos. Y lo peor: nada se supiera si no fuera porque las redes explotan de indignación, protestas y condenas a tan insólitas conductas de los cuerpos de seguridad.

    Informar sobre la marcha de la economía no es delito. Tampoco sobre la situación de la seguridad o cualquier aspecto de la vida nacional. Y mucho menos pretender apoyar con la presencia entusiasta el equipo de su preferencia en una final de fútbol.

    Queremos que esas actividades y otras encuentren cauce, respeto, tolerancia, aceptación en Venezuela. Queremos ser un país normal, libre, democrático y plural, no una comarca sometida a los caprichos, negociados secretos, sumisión internacional e intereses de unos pocos.

    TAL CUAL

  • Policía española detiene en Madrid a presunto sicario del Tren de Aragua

    Policía española detiene en Madrid a presunto sicario del Tren de Aragua

    La Policía española señaló que el hombre «actuaba al amparo del Tren de Aragua, organización criminal de la que es miembro y para la que cometió el asesinato» 

    La Policía española detuvo en Madrid a un venezolano buscado por las autoridades peruanas por presunto homicidio en nombre de la banda criminal trasnacional Tren de Aragua.

    Según informó este lunes la Policía, el venezolano contaba con una notificación roja de Interpol por un homicidio ocurrido en 2020 en Lima (Perú). Supuestamente, el hombre cometió el delito contra un integrante de una banda rival «con la que se disputaba el control del territorio por el negocio ilícito de la prostitución».

    El hombre, indicó la Policía en una nota de prensa, «actuaba al amparo del Tren de Aragua, organización criminal de la que es miembro y para la que cometió el asesinato» para asegurarse el control de la prostitución en Lima. Fue ingresado a prisión tras decretarlo la Audiencia Nacional española.

    La Policía española destacó que «el Tren de Aragua está considerada una estructura criminal con capacidad desestabilizadora, que se dedica a la comisión de diferentes tipologías de delitos de extrema gravedad, como asesinatos, extorsiones, tráfico de armas y de drogas».

    *Lea también: Policía de EEUU investiga posibles incursiones del Tren de Aragua en Colorado

    Señalaron que dicha banda desplaza o somete a organizaciones criminales locales que ya operan en las zonas donde se instala, para así hacerse con el control de las actividades delictivas que allí se cometen. El Grupo Especial Contra el Crimen Organizado de Perú colaboró en la investigación.

    Recientemente, el Ejército colombiano informó sobre la detención de 17 hombres en un municipio fronterizo con Venezuela que presuntamente pertenecen al Tren de Aragua y se dedicaban a la extorsión. Las autoridades policiales de Estados Unidos también han dicho que investigan posibles incursiones de integrantes de esa banda en la ciudad de Colorado.

    TAL CUAL

  • Maduro hace «llamado urgente» a promover un cese al fuego inmediato en Asia occidental

    Maduro hace «llamado urgente» a promover un cese al fuego inmediato en Asia occidental

    En un comunicado, Nicolás Maduro pidió a organizaciones aliadas convocar una «cumbre por la paz y contra la guerra» con el objetivo, según dijo, de «enfrentar el peligro creciente de un conflicto que podría arrastrar  a la humanidad a un abismo de una guerra nuclear

    Venezuela hizo este lunes 23 un «llamado urgente» a organizaciones aliadas a promover de manera conjunta un cese al fuego inmediato y completo en Asia occidental, luego de los ataques de Estados Unidos a tres centrales de Irán, que se encuentra en confrontamiento con Israel.

    «Este llamado al cese de hostilidad debe constituir el primer paso hacia una solución política integral, construida desde el diálogo, la legalidad y el respeto soberano entre los Estados», expresó Nicolás Maduro en un comunicado, leído por la vicepresidenta Delcy Rodríguez en un encuentro con el cuerpo diplomático acreditado en el país.

    En el escrito se señaló que la situación ha entrado en una «fase de máxima tensión» contra Irán, «agravada por la acción militar de Estados Unidos».

    «A ello se suma la persistente negativa de Israel a desmantelar su arsenal nuclear no declarado, así como su rechazo a someterse al régimen de inspecciones del Organismo Internacional de Energía Atómica y a adherirse al tratado de no proliferación», destacó la administración venezolana.

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    Maduro pidió a organizaciones aliadas, entre ellas el Movimiento de Países No alineados, la Liga de Estados Árabes, la Celac, los Brics y la Unión Africana, convocar una «cumbre por la paz y contra la guerra» con el objetivo, según dijo, de «enfrentar el peligro creciente de un conflicto que podría arrastrar  a la humanidad a un abismo de una guerra nuclear».

    La cumbre, se destacó debe contar «con el compromiso de potencias globales de paz», como se calificó a China y Rusia.

    Además, Maduro dijo que esta cumbre debe producir compromisos como la creación de una zona libre de armas nucleares en Asia Occidental y exigir al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas «un mecanismo inmediato de desarme nuclear a Israel».

    También se mencionó que «una paz duradera en la región será imposible» sin una solución al conflicto entre Israel y Palestina.

    TAL CUAL

  • ENTREVISTA | Tomás Páez: Unos seis millones de venezolanos tiene en sus planes irse

    ENTREVISTA | Tomás Páez: Unos seis millones de venezolanos tiene en sus planes irse

    El coordinador del Observatorio de la Diáspora Venezolana, Tomás Páez, advierte que la cantidad de migrantes venezolanos seguirá creciendo en 2025. En esta entrevista analiza las causas del éxodo, el papel de los gobiernos latinoamericanos y los motivos que impulsan a miles de venezolanos a salir de su tierra

    La migración venezolana no cesa y se espera que siga creciendo este año. Así lo afirma el sociólogo Tomás Páez, presidente del Observatorio de la Diáspora Venezolana, quien asegura que más de nueve millones de venezolanos han salido del país en los últimos años. Para el experto, las causas de la migración siguen tan vigentes como en la última década: salarios precarios, servicios colapsados, represión política y un horizonte sin garantías de cambio.

    En entrevista con TalCual, Páez advierte que 69% de los venezolanos en el exterior tiene al menos un familiar que desea migrar, una cifra que demuestra la desesperanza de quienes aún permanecen en el país. Tomando como base nueve millones de migrantes, se puede decir que unos seis millones de venezolanos tiene en sus planes irse.

    El sociólogo destaca que la diáspora está presente en más de 90 países, incluidos la India y Groenlandia.

    Tomás Páez enfatiza que el principal detonante de la migración es la permanencia en el poder de un modelo que -dice- ha empobrecido a la nación y dejado sin oportunidades a millones. Considera inviable que el oficialismo impulse políticas reales que puedan frenar el éxodo.

    La conversación con Tomás Páez muestra por qué la migración venezolana sigue siendo un fenómeno estructural, que aún puede generar olas de salida si no se producen cambios profundos en el país.

    *Lea también: Venezuela lidera cifra global de refugiados entre 122 millones de desplazados

    —¿Cuál es el balance actual del flujo migratorio en lo que va de este 2005? ¿Sigue aumentando la salida de venezolanos del país?

    —Hoy tenemos una diáspora que representa más de un tercio de la población. Estamos hablando de nueve millones 100 mil personas desde que comenzó el flujo migratorio, sin cesar, no lo frenó ni siquiera la covid-19.

    El 99% de la migración comenzó el día uno de la llegada de quienes hoy ejercen el gobierno; no ha cesado, sigue creciendo. Se frenó o ralentizó en el momento de la covid y postcovid, pero después, antes de las elecciones (presidenciales de 2024), después y durante este año sigue creciendo.

    Nosotros tenemos venezolanos en 90 países, más de 1.500 municipios, más de 500 ciudades y lo he reiterado en las últimas entrevistas, hasta en Groenlandia tenemos venezolanos. Nuestro espectro y nuestra cobertura es mayor a la de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) y Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur), que los cifran cerca de ocho millones, y en el caso nuestro es de 9,1 millones, cerrando el mes de abril.

    —En medio del panorama actual con la migración venezolana, ¿qué rutas y destinos son los más utilizados por los venezolanos para establecerse?

    —Hasta el año 2015, Estados Unidos fue el primer país de destino, seguido de España como segundo país de destino. En el año 2015, cuando ya se sienten los efectos de la crisis, comienza la contracción económica más severa que conoce país alguno en el mundo occidental, no teníamos vuelos ni plata para comprarlos, la gente tenía que migrar a pie, en autobús o en peñero y eso los lleva hacia Sudamérica.

    Estados Unidos hoy concentra aproximadamente 11% de la diáspora venezolana, cerca del millón de venezolanos, el resto se ubica en los países que le reciben de manera hospitalaria. En Latinoamérica, con políticas más o menos consistentes, más allá de los pequeños brotes xenófobos, como en Chile, donde recientemente asesinaron a una venezolana o donde un político llamó a que los niños de personas indocumentadas no estudien, tenemos centenares de personas; en Brasil, con el Programa de Acogida, tenemos centenares de miles de personas.

    El grueso de la diáspora se concentra en los países de Latinoamérica, el Caribe y en los países europeos. Tenemos obviamente venezolanos en la India, en China y como te dije antes en Groenlandia.

    —¿Cree que los resultados de las elecciones regionales del pasado 25 de mayo, en las que el oficialismo se quedó con 23 de 24 gobernaciones, influyan directamente en la toma de decisión sobre migrar?

    —Yo creo que más que estas elecciones, el tema central es la violación de lo que ocurrió en la anterior (elecciones presidenciales de 2024), que con pruebas en la mano decidieron patear la mesa. Es decir, el desconocimiento de un resultado lleva a que un gobierno, que ha destruido un país en estos 20 años, y a la destrucción, que es inenarrable y además inexplicable.

    Mucha gente no lo entiende. Mucha gente no entiende que un pensionado en Venezuela esté devengando menos de dos dólares al mes y un profesor universitario de dedicación exclusiva, rango titular, esté por debajo de los $15 al mes. No se entiende que una industria petrolera que producía 3.300.000 barriles, hoy esté produciendo, si Chevron se va, menos de 600.000 barriles.

    Dejaron al país sin reservas internacionales. Nuestras reservas no sobrepasan los cinco mil millones de dólares para adquirir lo que el país necesite, con una deuda de 160 mil millones de dólares, con una educación mosaico de dos días a la semana, con un servicio de salud inexistente.

    En ese contexto de deterioro económico, ambiental, social, institucional, de servicio, salarial, etcétera, que ha desarrollado este gobierno; de continuar ellos y además con el modelo que viene, que es el modelo comunal, bueno, lo que nos espera es lo que está ocurriendo: Cuba, donde ya no hay apagones, hay alumbrones porque la luz llega de vez en cuando.

    *Lea también: Reforma electoral propuesta por Maduro: ¿elecciones bajo un sistema parecido al de Cuba?

    La situación es que mientras esto persista, mientras este modelo persista, la gente se va a seguir marchando porque te digo, no son solamente temas económicos, sociales, institucionales, políticos, la persecución, esta cosa de tener periodistas presos, muchachas jóvenes encarceladas, más de mil presos, que ni siquiera son presos, son rehenes, entonces así no se puede vivir.

    —¿Hay un endurecimiento de las políticas migratorias en América Latina hacia los ciudadanos venezolanos o hay otro enfoque?

    —Latinoamérica, teniendo menores niveles de desarrollo económico en comparación con los europeos o Estados Unidos, ha gestionado un éxodo de Venezuela y de otros países de una manera… para quitarse el sombrero.

    Lo que ha hecho Colombia en tres gobiernos distintos: Santos, Duque y Petro, ha sido una especie de política de Estado. Más allá de los matices, de las diferencias de que con el gobierno de Petro se cerró o se modificó el papel de una de las instancias de frontera, no ha habido retrocesos, se ha sostenido y estamos hablando de tres millones de personas allí, más la migración de frontera, más la actual del flujo inverso, los que vienen de México.

    Ecuador está desarrollando una política de regularización de la migración. Perú y Chile, que a pesar de la xenofobia en sectores y regiones, albergan a más de medio millón de venezolanos.

    En Argentina ha habido una política muy clara e igual en Uruguay, ha habido unos pequeños retrocesos y unas pequeñas modificaciones en el caso argentino, creo que el efecto de movimientos políticos. El modelo brasilero con el Programa de Acogida e interiorización es un ejemplo impresionante de cómo regularizar de inmediato a la migración que llega.

    Creo que Latinoamérica en general, más allá de pequeñas manifestaciones, algunas muy preocupantes, en general como política de Estado, ha habido un trato más que aceptable de hospitalidad con la diáspora venezolana, que llega sin pasaportes y sin papeles.

    Creo que la mayor xenofobia es la del gobierno venezolano con sus ciudadanos, a los que desprecia. No existe información oficial de la diáspora en el Instituto Nacional de Estadística, es decir, la diáspora no existe y ese es el peor gesto de xenofobia que puede existir.

    —¿Quiénes están migrando en este momento: jóvenes, familias completas, profesionales, adultos mayores?

    —Es una mezcla de todo. En general, todas las migraciones comienzan siendo jóvenes. Luego comienzan los efectos llamadas: padres, hermanos, amigos. Todas esas redes que se van construyendo, intenta ser familiar, pero de todas maneras es imposible evitar que haya dos millones de niños y jóvenes dejados atrás.

    Ocurre lo mismo que ocurrió con Colombia, con Italia y España, en el que arranca una de las personas, uno de los miembros de la familia, se estabiliza, y luego va llamando al resto.

    Los venezolanos están regados por el mundo porque la gente se ha mudado más lejos y eso ha creado una nueva geografía, ha ensanchado los límites del país y el mapa de Venezuela ya es historia.

    —Estudios hablan de que más de tres millones de personas tienen intención de migrar, ¿se puede prever una nueva ola migratoria?

    —Hasta el año 2015, salían del país 120 mil personas por año. Entre los años 2016-2019, ese número se multiplicó por 10, entonces ya salían un millón 200 mil personas. Con el covid-19 y las restricciones de movilidad se ralentizó (la migración) y salía mucha menos gente por las restricciones de movilidad y las fronteras.

    A partir del año 2021, cuando ya comienza a flexibilizarse un poco el tema de la movilidad, vuelve a crecer y no ha cesado de hacerlo. En los últimos años, los porcentajes son variables, pero el salto ha sido dramático. Va a seguir creciendo.

    La previsión de que cuando uno ve la situación económica, social, institucional, de servicio, el tema de internet, el tema de la luz, en algunas regiones muy grave, el tema del agua, el tema de la gasolina, el tema de la educación, el tema de la inseguridad, la persecución política, no hay trabajo, no hay producción; hay trabajo, pero no hay plata para comprar, hay de todo, pero hay muchas burbujas.

    En las encuestas que nosotros hacemos a los integrantes de la diáspora le preguntamos: «¿Tiene usted algún familiar o amigo que esté pensando en emigrar?» Y 69% responde que sí, que conoce a alguien, que tiene un familiar que está pensando emigrar.

    —A pesar de que las autoridades siempre habían negado la migración venezolana, este año el tema les explotó con la llegada de Trump al poder en Estados Unidos, su endurecimiento de las políticas migratorias y las deportaciones, ¿cree usted que estos venezolanos devueltos a la fuerza estén dispuestos a quedarse en el país o que exista la intención de volver a migrar?

    —El cinismo del gobierno no tiene límites. Recuerdo a Maduro decir en 2018 en las Naciones Unidas que la migración no existía, que eso era un invento del imperialismo. Después dijeron que había unos migrantes, que eran como unos 600 mil.

    Luego convierte un programa de deportación en «Vuelta a la patria» en una estrategia propagandística impresionante. Los están deportando, les están diciendo que no los quieren y tú le dices «bienvenido», en lugar de argumentar y atacar el argumento que se usa para deportarlos, para luchar contra la estigmatización.

    El modelo que genera la diáspora de pronto aparece peleando con Bukele y él hace lo mismo que Bukele, agarra a periodistas, políticos, a integrantes de la sociedad civil. Hay dosis de cinismo… y Maduro y su combo; es insólito.

    La gente no se está yendo a los países a decir: «Dame una casa, dame trabajo». No, no, dicen: «Yo soy capaz de crear la oportunidad». Es la certeza de que tienes la capacidad para hacer las cosas bien y lo que requieres son condiciones que lo permitan.

    Creo que mientras persistan las condiciones que  la han generado, la migración no va a cambiar; pero como decía Carnegie Hall refiriéndose a la migración americana, toda migración es un río de oro que llega a nuestro país.

    —¿Tiene el gobierno en este momento la capacidad para desarrollar políticas que desaceleren la migración?

    —Tendría que desdecirse. Mientras exista el modelo del socialismo es imposible crecer (económicamente). El socialismo elimina la propiedad privada, elimina el sistema de mercado y lo que genera es hambre, pobreza y diáspora.

    Para evitar que haya diáspora, los alemanes tuvieron que construir el muro de Berlín porque la gente lo que quería era huir y y ni siquiera el muro impidió que la gente saliera.

    La diáspora es un activo y una reserva internacional de Venezuela. Ese capital humano, sumado al que permanece en el país, que batalla todos los días por preservar sus espacios en los medios, en las universidades, en las empresas, dentro del viejo mapa y la nueva geografía es fundamental para la reconstrucción de la democracia y la reconstrucción del país.

    TAL CUAL

  • 60% de estaciones de gasolina ya son «a precio internacional», según fuentes del sector

    60% de estaciones de gasolina ya son «a precio internacional», según fuentes del sector

    La cantidad de estaciones de servicio que venden a precio internacional la gasolina habría aumentado en 40% desde 2022, según fuentes del sector, pasando de 610 a 858 de las 1.430 que se mantienen operativas

    En Venezuela el 60% de las estaciones de gasolina, aproximadamente, venden el combustible a 0,50 dólares el litro en las llamadas bombas de servicio «internacionales». Fuentes del sector señalaron que desde mediados de 2023, la empresa estatal Petróleos de Venezuela (Pdvsa) ordenó a muchos de los dueños de estos establecimientos en todo el país, cambiar sus ventas de precio subsidiado a dolarizada.

    «Si en una misma zona hay varias bombas de gasolina cerca que son subsidiadas, la orden de Pdvsa ha sido la de cambiar a internacional una o dos de esos establecimientos», indicó una fuente consultada del gremio que prefirió mantener su nombre en reserva por no estar autorizada para declarar.

    Venezuela estableció desde el año 2022 un esquema de precios para la gasolina: subsidiada a 0,10 bolívares el litro e internacional a 0,50 dólares el litro o su equivalente en bolívares. Por otra parte, datos oficiales de Pdvsa, de las Zonas Operativas de Defensa Integral (ZODI) y de los gabinetes de combustible de las gobernaciones indicaban en 2022 que las estaciones de servicio con venta en dólares ascendían a 610. Hoy, se estarían hablando de unas 858.

    La fuente recordó que en 2024, el objetivo de las autoridades petroleras era el de contar con 50% de las estaciones de servicio con venta subsidiada y el otro 50% a precio «internacional». Sin embargo, se decidió sobrepasar esta meta.

    Días atrás circularon informaciones no oficiales de que Venezuela se preparaba para aumentar el precio del combustible de 0,50 a 0,75 dólares el litro. Según la agencia Bloomberg, la medida era una forma de enfrentar una posible caída de los ingresos petroleros tras la salida de la estadounidense Chevron y otras firmas extranjeras. No obstante, diputados oficialistas de la Asamblea Nacional negaron esta versión, mientras que representantes de las estaciones de servicio relataron que la medida solo fue «suspendida hasta nuevo aviso».

    Por otra parte, el número de establecimientos expendedores de combustible en el territorio nacional muestra una disminución. El representante del gremio señaló que de las 1.603 bombas de gasolina que operaban a finales de 2023, hoy se encuentran activas unas 1.430.

    Esto significa también unas 435 bombas de gasolina menos o una reducción de 23% con respecto a las 1.865 que existían en el año 2008. «El número de establecimientos disminuyó significativamente debido a los procesos de expropiación y a los problemas administrativos y burocráticos con Pdvsa. Luego, los problemas de los servicios públicos, la recesión económica y la escasez de gasolina afectaron al negocio», dijo la fuente consultada.

    Sin embargo, de acuerdo a cifras oficiales divulgadas por representantes de Pdvsa, en 2020 se encontraban operativas 1.568 estaciones de gasolina, muchas de las cuales se habían recuperado de la mano de nuevos dueños. En comparación con la cifra actual de comercios abiertos, se observa una baja de 138 de estos establecimientos.

    TAL CUAL

  • Waraos: una cultura que resiste en la ciudad

    Waraos: una cultura que resiste en la ciudad

    El Estado venezolano convirtió a los indígenas waraos en un pueblo de migrantes forzados, como consecuencia de un continuum degradé de sus dinámicas de vida. En ella, se incumplen las leyes y se establecen políticas de marginalización. Ante esto, el establecimiento de comunidades de esa etnia en otras ciudades, dentro y fuera del país, ha significado su transculturización, para poder adaptarse y sobrevivir.

    Mariett Hamilton • 17 Junio 2025

    Cada desplazamiento del pueblo indígena warao tiene algo en común: parte de quienes son se queda en los caños del Delta del Orinoco, donde dejan estelas de su bien más valioso: su cultura.

    El inicio de la migración de los waraos se remonta a más de 50 años, con el cierre del caño Manamo, en 1965; la llegada de las empresas palmiteras y madereras de Winikina, entre 1979 y 1980; la epidemia del cólera, en 1991; y, más recientemente, el éxodo de más de siete mil indígenas a Brasil, a partir del año 2014.

    Sumado a estos hechos, Germán Pirela advierte que, a partir del año 60, se aplicaron políticas públicas que “lejos de fortalecer procesos culturales identitarios, más bien los debilitaron”. El antropólogo asegura que “llegado los 90, que es cuando entramos en este período político, vemos no solo unas políticas con fuertes impactos a nivel ambiental, sino unas políticas a nivel social, a nivel organizacional, que tienen una incidencia en la organización social de las comunidades que es muy grave y que la desmarca de lo que sucedió en el pasado”.

    Pirela considera que, desde 2005 en adelante, se produjo un “desmembramiento social, cultural y político progresivo dentro de la población warao”.

    Hoy, los waraos se despiden de sus caños buscando sobrevivir en tierra firme. Un gentilicio que se traduce como “gente de la canoa” o “gente de agua” vive ahora fuera de su lugar ancestral, en el estado venezolano Delta Amacuro, un espacio que comenzó a habitar hace al menos ocho mil años. En la actualidad, también se asientan en cuencas fluviales de Monagas y Sucre.

    La llegada a zonas urbanas representa para el pueblo warao una desvinculación con su territorio y el desarraigo parcial de elementos identitarios, como su vestimenta, gastronomía, bailes, rituales, cantos y más.

    Un idioma que prevalece en la ciudad

    Melquiades Ávila, un warao de 60 años, originario de la comunidad Bonoina, pensó que siempre permanecería allí, hasta que un día perdió a su hija de cuatro años, que enfermó repentinamente y falleció en 24 horas.

    “Yo amo mucho a mi comunidad, a mi gente; pero también mis hijos tienen derecho de llegar a un hospital, por lo menos. Tienen derecho a tener un médico”.

    Fue así como llegó a Tucupita, capital del Delta Amacuro. Ávila, quien es docente y periodista, sostiene que “nosotros, como pueblo indígena warao, nos identificamos por nuestro habla, nuestro idioma”.

    Asegura que “todavía, un 95 por ciento de la población indígena warao habla su idioma” y que “hay un sector reducido de la población que lo entiende, pero no lo habla”. No obstante, afirma que “aún tenemos una gran reserva de nuestro idioma”.

    Contrario a lo anterior, Eduardo (*), un warao que habita en una comunidad de Puerto Ordaz, considera que “a partir de que nos asentamos en una zona urbana, muchas de las tradiciones ancestrales que nos identifican las hemos perdido”.

    Además, declara que “hay algunas comunidades que están perdiendo esta cultura [de hablar el idioma]”, como es el caso de Cambalache. “Se han casado los indígenas con no indígenas y los no indígenas han tratado de que los warao no sigan transmitiendo esta cultura a través de sus hijos”. A su vez, surgen términos como “indio” para referirse despectivamente a los miembros del pueblo warao.

    El joven se define como un fiel defensor del warao, “para que no se pierda”.

    Eduardo coincide con Ávila en que la característica principal que los identifica es su idioma, pues “a pesar de que estamos en zonas urbanas, hemos mantenido esa tradición de transmitirlo de generación en generación”.

    El antropólogo Aimé Tillett destaca que “los waraos son todavía uno de los pueblos indígenas que más ha conservado un nivel importante de su habla; incluso, entre muchos hablantes monolingües, que solo hablan warao. Eso lo ves en las comunidades en el Bajo Delta”. Mientras existen otros pueblos que han perdido su idioma, “el caso warao no es, en ese sentido, el más grave”, enfatiza.

    Es relevante la preservación de este idioma y su riqueza lingüística porque se trata de “una lengua aislada, sin parentesco filológico conocido”, según explica Antonio Vaquero, en su libro Los Warao y la cultura del Moriche.

    En una visita a Cambalache en Puerto Ordaz, niños de la comunidad afirmaron no hablar warao

    Abandono de su territorio y costumbres

    Según la sociólogo Otaiza Cupare, miembro del equipo del Centro de Estudios Regionales de la Universidad Católica Andrés Bello, en Guayana, “no hablamos de pérdida total de la identidad, sino de desafíos que deben afrontar para conservar su identidad, sus costumbres”.

    Carla Pérez, abogada e investigadora en el Área de Derechos de los Pueblos y Comunidades Indígenas del citado centro, resalta que el indígena desarrolla su cosmovisión e identificación con su entorno. “Si tú trasladas a los indígenas, no van a tener ese referente [del territorio]”.

    En el 2022, el capítulo Derechos de los Pueblos Indígenas del Informe Anual de Provea reveló que “el reconocimiento territorial, condición indispensable para la supervivencia física y cultural de los pueblos indígenas, continuó sin materializarse”.

    De acuerdo con el antropólogo Pirela, los warao son capaces de vivir una dualidad, pues salir de sus territorios “no implica que dejen de ser”.

    Eduardo, el joven warao, explica que la amenaza de la desvinculación con las tradiciones ancestrales se debe a que “la cultura tiene un significado muy apegado a la espiritualidad”, cuya conexión es dada por el territorio donde realizan sus rituales y la persona que los hace debe ser alguien con autoridad espiritual dentro de la comunidad.

    Una tradición desplazada es el Najanamu, festividad en la que se realizan bailes y ofrendas a su ser superior: el Ka Nobo. “Estando dentro de la ciudad no lo practicamos”, reconoce Eduardo. “Cuando se realiza dentro de una zona urbana, puede que a Ka Nobo no le guste y tenga una reacción inesperada”, comenta. Enviar una enfermedad es una de ellas.

    Ávila, el warao que ahora vive en Tucupita, agrega que “tiene que estar una persona apta (Wisidatu), que conozca la materia de solicitar el permiso religioso. Sin embargo, se ha violado ese principio”.

    “Vemos aquí, en Tucupita, en muchos actos culturales de la Gobernación, que los warao le cantan o hacen su baile, que uno ve inscrito fuera de orden”, agrega Ávila.

    En cuanto a su gastronomía, Eduardo enfatiza que “a pesar de muchas dificultades, los waraos han tratado de identificarse con esta cultura milenaria”. Aunque su dieta fue a base de pescado, ocumo y moriche en los caños, es difícil conseguirlo en la ciudad; por eso, optan por una dieta “más común”, como “pollo, espagueti, arroz”.

    Miembros de estas comunidades son propensos a padecer desnutrición debido a su dieta

    Alfonso Campero Valenzuela, músico y cantautor warao, asegura que “nos resistimos a desaparecer”. Sostiene que llegar a la ciudad significó “transculturizarse”, porque bailes como Jabisanuka, festividades como Najanamu y los juegos autóctonos deportivos se han perdido, porque los jóvenes se “aferran al fútbol o al volleyball”.

    Para Campero, todo esto se debe a que desde el núcleo familiar hay “debilidad”, como consecuencia de que los padres no educan a sus hijos sobre la historia de este pueblo originario.

    “Como estamos aquí en la ciudad, la juventud se está aferrando más a lo que el jotarao (no indígena) es, y es como darle más fuerza cuando en mi casa yo no le hablo a mis hijos o mis nietos de lo que somos nosotros”, alerta.

    En contraste con lo expuesto por estos representantes de sus comunidades y a propósito del Día Internacional de los Pueblos Indígenas, el 9 de agosto de 2024, en la página web del Partido Socialista Unido de Venezuela (Psuv) puede leerse: “Hoy el Gobierno Bolivariano, junto al presidente Nicolás Maduro, han desarrollado planes de formación comunitaria para los indígenas, así como también la educación intercultural bilingüe, saberes tradicionales, ancestrales y artesanales para consolidar su identidad y soberanía cultural”.

    Desplazamiento forzado a Brasil

    De manera errónea, se le atribuyen características como el nomadismo a este pueblo. No obstante, un informe de Acnur publicado en 2021, como parte de la serie Waros en Brasil,  sostiene que el desplazamiento de los waraos “no tiene relación con el determinismo cultural o nomadismo”, sino que está impulsado por la búsqueda de mejores condiciones de vida.

    María (*) una mujer warao, defensora de DDHH indígenas y trabajadora humanitaria, quien prefiere mantener su identidad en reserva, cuenta que la primera barrera que enfrentan los indígenas cuando migran es lingüística. Ve con preocupación que “las nuevas generaciones que están naciendo en Brasil no hablan warao”. Asegura que por parte del gobierno brasileño “no hay un interés” por mantener vivos los idiomas indígenas.

    “Nuestros niños y adolescentes tienen vergüenza de hablar nuestras lenguas. Primero, porque no los entienden; segundo, porque pueden colocarles “un adjetivo” despectivo”, señala.

    De acuerdo con la entrevistada, viven un proceso de aculturación y apagamiento de su cultura. Otro cambio se refiere a su forma de vestir. Las mujeres warao elaboran un vestido típico con telas muy coloridas; sin embargo, las llaman “payasos” cuando lo usan.

    “Las más viejas todavía se resisten a perder la identidad, a través de la vestimenta o de los collares; se resisten a perder la fabricación de artesanías”, recalca.

    En Tucupita, las artesanías que elaboran las comercializan en el mercado local

    Para María, no todo está perdido: la contratación de docentes waraos aviva la esperanza de que los niños aprendan su idioma y su cultura en las aulas.

    “A pesar de todos esos desafíos que están colocados para nosotros los waraos aquí en Brasil, yo creo que también hay un movimiento de resistencia y de toma de nuestra cultura y decir con orgullo: ‘yo soy warao, yo soy indígena warao’, dice.

    Se deduce del relato de María que, para quienes cruzaron la frontera venezolana, existe la lucha interna de “de querer volver y no poder», mientras apaciguan su nostalgia con la búsqueda de agua a sus alrededores, para recordar los caños deltanos. Se podría asegurar que los waraos siguen creyendo en la fuerza de sus antepasados, quienes resistieron antes y los motivan a hacerlo ahora.

    El antropólogo Pirela asegura que “los waraos que emigraron se autoreconocen en Brasil y están dando toda una lucha para ser reconocidos por el Estado brasileño como indígenas waraos”.

     (*) Los nombres reales de las personas fueron modificados para preservar su seguridad.

    Discriminación en Venezuela

    En el preámbulo de la Constitución, Venezuela se reconoce como un país multiétnico y pluricultural. El Censo del año 2011 identificó 52 pueblos indígenas en el país, de los cuales el segundo más numeroso fue el pueblo warao.

    Si bien la carta magna de 1999 inició un proceso para incorporar al indígena, a fin de proporcionarle mayor participación a nivel civil y político, “ha sido un reconocimiento a nivel muy simbólico, narrativo, que en realidad no se traduce en un cambio sustancial en las condiciones de vida de los indígenas”, manifiesta el antropólogo Tillett.

    Según el misionero y antropólogo Josiah K’okal, el Estado venezolano aplica “políticas de marginalización” a este pueblo originario

    Euclimar Palacios, educadora warao de 28 años, narra que, en una visita al hospital, se encontró a una madre warao con su bebé. La mujer no hablaba español y provenía del municipio Antonio Díaz. Palacios se percató de que decía desesperada en warao que el niño no respiraba. Una enfermera se acercó a preguntar qué sucedía y gracias a la intervención de la educadora logró la atención del caso.

    A partir de este hecho, Palacios concluye que no contar con personal que hable el idioma dificulta los procesos en la mayoría de las instituciones públicas.

    Otro aspecto que destacar es que los waraos tienen nombres propios y nombres originarios, que les asignan dentro de sus comunidades. Sin embargo, al llegar al Saime para el proceso de cedulación, solo agregan el nombre propio y el otro lo ignoran. Esto, pese a que la Ley Orgánica de Pueblos y Comunidades Indígenas establece en el Artículo 62 que “todo indígena tiene derecho a la identificación a través del otorgamiento de los medios o documentos de identificación idóneos, desde el momento de su nacimiento”; también, que “se garantiza a los indígenas el pleno derecho a inscribir en el registro civil sus nombres y apellidos de origen indígena”.

    En ocasiones, los no indígenas catalogan a los miembros de pueblos originarios como “ignorantes”. Según Palacios, dicen “no, él no sabe nada, no podemos tomarlo en cuenta, pues no sabe leer, ni sabe escribir; mas no conocen las capacidades que tienen ni entienden las dificultades que implica el idioma”.

    Pirela identifica que “el origen viene, en parte, de nuestro sistema educativo, que nos hizo ver a estos pueblos y comunidades como inferiores a las nuestras”.

    Cultura en resistencia

    El antropólogo Pirela apunta que los waraos “siguen considerándose un pueblo, una cultura y una comunidad en resistencia, frente a todos esos procesos que pretenden extinguir todo rasgo cultural de su existencia”.

    Además, enfatiza que sí buscan reivindicar sus identidades, en medio de un contexto que deja ver claramente el “deja de ser, deja de existir, deja de hablar”. «Siempre está latente en esta población el sentimiento de resistir, ante ese desmembramiento cultural», asegura.

    Los no indígenas regatean las artesanías para, más tarde, revenderlas a sobreprecio.

    El cantautor warao Campero destaca que la educación sobre quienes son como pueblo debe recibirse en casa y debe perfeccionarse en la escuela, de manera que se fortalezcan los elementos que los identifica como waraos: su idioma, gastronomía y espiritualidad, además de sus cantos y sus bailes.

    Eduardo aclara que una de las formas de asegurar que esta cultura ancestral permanezca es a través de las reuniones de niños y jóvenes con sus abuelos.  La oralidad se hace fundamental para la transmisión cultural, pues los waraos “son de cultura ágrafa”, es decir, no escriben su historia, según explica el misionero capuchino Julio Lavandero, en su libro sobre Delta Amacuro.

    De acuerdo con Pirela, “la manera en que se brinda acompañamiento [a los warao] no es sostenible, no es pensada a futuro, no es sino siempre bajo una lógica asistencialista y paternal; y no hay una idea de sostenimiento de procesos para fortalecer a estos pueblos y comunidades”.

    Como un pueblo cuyo derecho fundamental es la autonomía, tienen la potestad de tomar sus propias decisiones sobre cómo quieren vivir. Sin embargo, estas decisiones deben estar acompañadas por políticas públicas que eduquen desde niño a la población no indígena sobre la multietnicidad del país y la riqueza cultural de los pueblos originarios, que nos construyen como la sociedad que somos hoy.

    Según Tillett, “las políticas para los pueblos indígenas deberían apoyar la propia visión de los indígenas de qué es lo que ellos quieren”.

    De igual manera, es indispensable que el Estado garantice condiciones de vida digna dentro del país, que permitan oportunidades de crecimiento y desarrollo a estas comunidades, desde el cumplimiento de la Constitución, la Ley Orgánica de Pueblos y Comunidades Indígenas y acuerdos internacionales, respetando su cosmovisión.

    Créditos

    Coordinación Editorial
    Alicia Estaba
    Beisys Marcano
    Aymara Rodríguez

    Mentoría:
    Ramón Rivera Verde

    Edición
    Beisys Marcano
    Ramón Rivera Verde
    Aymara Rodríguez

    Investigación y textos
    José Rivas
    Mariett Hamilton
    Abelardo Rojas
    Osfran Chacón

    Fotografías y videos
    William Urdaneta

    Redes Sociales
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    Diseño y montaje web
    Roberth Delgado

    CORREO DEL CARONI

  • Eugenio Suárez descargó el 301 de su carrera

    Eugenio Suárez descargó el 301 de su carrera

    El venezolano lidera Las Mayores en carreras impulsadas

    En la noche de este sábado los Dbacks consiguieron un nuevo triunfo, tras doblegar a los Rockies  en Coors Field cinco carreras por tres. Desafío donde el venezolano Eugenio Suárez comandó una vez más la ofensiva de su equipo al descargar el cuadrangular número 25 de la campaña.

    Lee también: Rafael Devers se la desapareció a su antiguo equipo

    Suárez conectó su tercer estacazo en dos días, en la alta de la tercera entrada frente a los lanzamientos del escopetero de Colorado, Carson Palmquist, la conexión no encontró compañeros en base y en su momento significó el empate para Arizona.

    Una máquina remolcadora

    El antesalista terminó la jornada de 3-2, con vuelacercas, par de impulsadas y carrera anotada. En la actualidad el de Ciudad Piar promedia .251 de average y lidera las Grandes Ligas en remolcadas con 67, tres más que el slugger de los Mets de Nueva York Pete Alonso y el receptor de los Marineros de Seattle Cal Raleigh.

    En sus últimos siete compromisos, Suárez, batea para .444 de average, con seis tablazos y 15 rayitas llevadas a la registradora, llevando la voz cantante en la ofensiva de Arizona.

    Este fue el cuadrangular 301 en la carrera de Eugenio Suárez, quien el pasado viernes se convirtió en el tercer criollo en acumular 300 bambinazos en el Big Show. Ahora Suárez tiene en la mira al “Gran Gato” de Venezuela, Andrés Galarraga, quien ocupa el segundo lugar en la lista con 399 batazos de cuatro esquinas.

    LIDER EN DEPORTES

  • Familias rotas: la otra condena de los hijos migrantes venezolanos

    Familias rotas: la otra condena de los hijos migrantes venezolanos

    La detención arbitraria, deportación desde Estados Unidos a El Salvador y posterior encarcelamiento de inmigrantes venezolanos ha forzado la separación de padres de sus hijos, dejando a decenas de niños y niñas en condiciones de precariedad e indefensión. Las historias de dos niñas afectadas por esta fractura, una lactante migrante con una enfermedad crónica (de un año) y otra dejada atrás en Venezuela (de seis años), exponen el impacto de políticas que criminalizan la migración y vulneran múltiples derechos

    Por: Redacción Historias que laten y TalCual para #LaHoraDeVenezuela


    Desde hace más de tres meses, Wilmary Arévalo no sabe nada de su esposo Keivis Vásquez, un joven barbero de 22 años oriundo de Falcón. La última vez que hablaron fue el 2 de marzo de este año, justo antes de que él se entregara voluntariamente al Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés) en Estados Unidos para solicitar deportación voluntaria a Venezuela.

    Pero nunca llegó a tal destino. Keivis fue enviado por las autoridades estadounidenses al Centro de Confinamiento del Terrorismo (Cecot) en El Salvador, acusado sin pruebas de pertenecer al Tren de Aragua, con el argumento de tener tatuajes.

    Wilmary, una migrante venezolana de 19 años de edad, quedó sola con la hija de ambos en Canadá, una bebé que tiene un año y nueve meses llamada Kylie Wuillianny, quien padece diabetes insípida, enfermedad renal crónica que impide a su cuerpo retener líquidos.

    Al tiempo que la niña depende de un tratamiento médico para sobrevivir, su padre está encarcelado en un centro de máxima seguridad creado para pandilleros de alta peligrosidad en un país que desconocen.

    —Lo único que hizo Keivis fue luchar por nosotras —dice Wilmary.

    Para un niño o niña en su primera infancia, perder el contacto con su padre tiene un efecto definitivo en su desarrollo y bienestar emocional. ¿Qué significa que de la noche a la mañana un padre desaparezca de la vida de una hija?

    Esto le sucede a Kylie (de 1 año) y a Darbelys (de 6 años).

    La no separación de las familias es un mandato en el derecho internacional. Los expertos, psicólogos y especialistas en derechos de la infancia, reiteran en que el interés superior del niño debe prevalecer en todas las decisiones que tome un Estado y afecten a los niños en su dinámica familiar. Migrar es un derecho, destacan al ser consultados sobre este tema, y bajo ningún principio se debería criminalizar a un migrante.

    Por ello el endurecimiento de las políticas migratorias en Estados Unidos, bajo la nueva administración de Donald Trump, es un tema que preocupa y alerta en una región convulsionada y donde cientos de miles de personas se desplazan a diario por el continente americano en el intento de mejorar sus condiciones de vida.

    Las niñas Kylie y Darbelys no han vuelto a ver a sus papás desde que hace meses ambos fueron deportados desde Estados Unidos y encarcelados en El Salvador. En estos dos casos, se vulnera su derecho a la familia y a mantener contacto con sus progenitores.

    Migrar en busca de salud

    La diabetes insípida impide que el organismo controle adecuadamente los líquidos y hace que los riñones produzcan más orina de lo normal, lo que provoca una constante sensación de sed y puede llevar rápidamente a una deshidratación severa.

    Para tratar esta condición, la pequeña Kylie necesita un tratamiento que consta de dos medicamentos diarios y visitas frecuentes a los especialistas, cuyo costo alcanza los 4.000 dólares al mes. Fuera de Canadá, el tratamiento es aún más costoso.

    —Aquí en Canadá me ayudan con todo lo relacionado a la salud de la niña. Sin eso, no podríamos sobrevivir —cuenta Wilmary Arévalo, quien vive en Niágara Falls (Ontario), junto a su madre, padrastro y hermana de nueve años de edad, a donde llegaron buscando trabajo y mejores condiciones de vida como migrantes luego de una estancia breve en Estados Unidos.

    La niña de un año ha sido hospitalizada varias veces desde que nació. Sus riñones no funcionan por sí solos, solo funcionan con el tratamiento, explica su madre. Aunque ha mostrado mejoría en los últimos meses, sigue dependiendo de los medicamentos y los controles médicos frecuentes.

    —Cada dos meses tenemos citas. No puedo pensar en salir de Canadá mientras ella no esté completamente bien —afirma.

    La diabetes insípida no tiene cura, pero puede ser controlada con tratamiento de por vida.

    Keivis Vásquez había trabajado en Canadá, sin embargo, no hablar inglés ni francés le dificultaba conseguir empleo.

    Tras el empeoramiento de la situación económica, el joven decidió viajar de retorno a Estados Unidos en noviembre de 2024, con el objetivo de buscar mejores oportunidades laborales para mantener a su hija y a su pareja.

    —Yo no me moví de Canadá porque aquí me ayudan con todo lo de la niña, el tratamiento me lo dan gratis, o no podríamos mantenernos —explica Wilmary.

    ***

    Familias rotas

    Se calcula que suman al menos 200 casos de padres separados de sus hijos menores de edad entre los detenidos en Cecot, según datos y estimaciones de reportes de Human Rigth WatchInstituto Cato y ACLU.

    ***

     

    Desde la detención con posterior deportación y encarcelamiento de Keivys en El Salvador, la familia quedó aún más vulnerable. La joven madre no puede trabajar porque debe cuidar a la niña y depende, completamente, del subsidio estatal para costear el alquiler y los gastos básicos mensuales.

    —Me dan 1.000 dólares para mí y 600 dólares para el arriendo. Con eso compro las cosas de la bebé —dice Wilmary.

    La detención y deportación de Keivis Vásquez ocurrió en medio de la endurecida política migratoria del gobierno de Donald Trump, que ha deportado a miles de ciudadanos migrantes en Estados Unidos a sus países de origen y enviado a un grupo de migrantes venezolanos a la cárcel de Cecot en El Salvador, sin tener registros delictivos o antecedentes penales.

    La Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU, por sus siglas en inglés), una organización que defiende los derechos y libertades individuales en Estados Unidos, considera ilegales estas detenciones, así como la invocación por parte de la administración de Trump de la antigua Ley de Enemigos Extranjeros para deportar y encarcelar inmigrantes. Por esta razón demandó al gobierno norteamericano y ganó el fallo ante un tribunal federal.

    —Nadie puede ser privado de libertad sin el debido proceso legal, sin darles la oportunidad de comparecer ante un juez de inmigración o un tribunal federal, mucho menos de ser deportado, encarcelado o aislado en una prisión que es un gulag en un tercer país —afirmó Lee Gelernt, abogado de ACLU.

    Según su familia, Keivis no tiene cargos en Venezuela, ni en Ecuador —a donde migró por primera vez— ni en Canadá.

    —La acusación del gobierno de Estados Unidos se basa solo en sus tatuajes. Tiene el nombre de la niña, la fecha de nacimiento, una cruz, una corona y una cita bíblica. Eso no lo hace un delincuente —insiste Wilmary.

    La periodista venezolana Ronna Rísquez, autora del libro El Tren de Aragua: la banda que revolucionó el crimen organizado en América Latina y experta en el tema, asegura que según sus fuentes policiales y su propia investigación los tatuajes no son un símbolo o marca distintiva que indique pertenencia a una banda venezolana y mucho menos evidencia en estos casos de una membresía en el Tren de Aragua.

    La familia se enteró de que Keivys estaba en el Cecot el 31 de marzo, cuando las autoridades anunciaron un segundo traslado de venezolanos desde Estados Unidos a El Salvador.

    —Me metí en TikTok y veo que habían deportado a nuevos venezolanos. Me puse a ver el video y lo vi a él. Lo reconocí de una vez, me puse a llorar, me desesperé. Fue una noticia muy fuerte —recuerda entre lágrimas.

    Desde entonces, ni ella ni su hija han vuelto a saber de Keivys Vásquez.

    No apareció en el último video difundido por Estados Unidos tras una visita de funcionarios del gobierno norteamericano a la mega cárcel.

    —Este caso es desestructurante. Ya la migración pone sobre el grupo familiar una exigencia de recursos emocionales bastante elevada, pero la detención arbitraria de un padre proveedor en un lugar donde pensabas que se respetaba el Estado de derecho no hace sino agravar todo el panorama y tiene un efecto traumático. Es un proceso muy doloroso, complejo y confuso que quiebra a una familia —explica Abel Saraiba, psicólogo y coordinador adjunto de Cecodap, una organización que trabaja por la defensa de los derechos de los niños, niñas y adolescentes.

    Wilmary Arévalo está incluida en dos grupos de WhatsApp con familiares de los otros venezolanos deportados a El Salvador. Recientemente, les pidieron enviar una carta para los detenidos, aunque desconoce cómo la harán llegar, debido a que aún están incomunicados en esa prisión sin acceso a visitas ni abogados.

    —Él está con los mismos abogados que contrató el gobierno venezolano, en ese mismo proceso —dice Wilmary, quien explica que además han tenido problemas para tramitar los antecedentes penales debido a un error en la cédula de identidad de Keivis.

    —Gracias a Dios, la niña está muy bien, se está recuperando, pero todo ha sido muy difícil. Todas las noches lloro. Estoy en depresión, he bajado de peso, he dejado de comer. Estoy muy delgada —relata Wilmary— Aun así, no he buscado ayuda psicológica. Por ahora, no estoy lista.

    Dice que no teme ser deportada desde Canadá, pues su situación es distinta a la de Estados Unidos. Su hija es canadiense por nacimiento además de venezolana por tener padres venezolanos, y aunque ella no reside en situación regular, posee un documento de identidad que le permite moverse dentro de ese país.

    —Sigo confiando en mi Dios y pidiéndole que lo mantenga fuerte y que llegue el momento de que lo liberen. No dejo de pensar en él —dice Wilmary.

    Recuerda con dolor el caso de Maikelys Espinoza, la niña separada de sus padres en Estados Unidos, y aunque le generó pesar, asegura que no teme que le ocurra algo similar.

    —Aquí eso no se ha visto.

    El mayor anhelo de Wilmary es tener de nuevo a su familia unida.

    —Si mi hija se cura y le quitan el tratamiento, me regresaría a Venezuela. Si eso no pasa, seguiré aquí en Canadá. Solo quiero justicia. Keivis no es un delincuente, lo único que hizo fue luchar por nosotras —reitera.

    ***

    NNA deportados o repatriados

    Más de 693 niños, niñas o adolescentes migrantes han llegado a Venezuela en vuelos de deportación desde Estados Unidos o de repatriación desde México u Honduras, algunos de ellos no acompañados, de un total de más 5.600 venezolanos que han retornado al país desde febrero de este año tras un acuerdo entre los gobiernos de EE.UU y Venezuela, según cifras del MIJP (Ministerio de Interior, Justicia y Paz) suministradas en reportes o comunicados oficiales a través de su canal de Instagram.

    ***

    La mañana del 31 de mayo de 2023 Darwin Hernández Carache se despidió de su esposa Aida Díaz y de su pequeña hija Darbelys de 4 años de edad, en su residencia en Valencia, Carabobo, en la región central de Venezuela. Las abrazó fuerte y las besó a ambas, cuenta Aida.

    Darwin salió rumbo a Estados Unidos con el claro propósito de buscar trabajo para ayudar a su familia.

    —Se fue por la situación país y para darle una casa a la niña —dice Aida de 31 años, una enfermera de profesión, egresada de la Universidad de Carabobo.

    Darwin dejó atrás a su familia e hizo su viaje por vía terrestre. A pesar de los riesgos atravesó a pie la Selva del Darién entre Colombia y Panamá, luego recorrió cada uno de los países de Centroamérica y México hasta llegar finalmente a la frontera con Texas. Un mes y medio le llevó hacer la travesía, pero el 15 de julio de 2023, en su primer intento de entrar a Estados Unidos al cruzar el Río Grande fue detenido por una patrulla fronteriza, rechazado por las autoridades migratorias norteamericanas y devuelto a México.

    A Darwin lo trasladaron en un operativo coordinado por funcionarios mexicanos del Instituto Nacional de Migración hasta Villahermosa, Tabasco, ciudad fronteriza con Guatemala. Allí permaneció cerca de tres meses, pero no desistió.

    —Él averiguó mejor cómo entrar legalmente a Estados Unidos. Como tenía sus papeles en regla y su idea era ir a trabajar temporalmente para enviarnos dinero y ahorrar, entonces aplicó al CBP One para hacer las cosas bien —cuenta Aida.

    La CBP One es una aplicación móvil que permitía a las personas que buscaban ingresar a Estados Unidos programar una cita con autoridades migratorias para hacer la solicitud en un puesto de entrada terrestre de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos (U.S. Customs and Border Protection, CBP por sus siglas en inglés).

    Entre 2023 y 2024, cerca de 1 millón de extranjeros en su mayoría inmigrantes sin visa, entraron a Estados Unidos utilizando esta alternativa según datos del Departamento de Seguridad Nacional de ese país. Darwin fue uno de ellos.

    Al esposo de Aida le fue asignada su cita el 3 de octubre de 2023 en un puesto fronterizo de control migratorio en Texas. Después de su entrevista estuvo detenido durante 24 días en un centro del Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés) en Hidalgo, Texas. Luego fue liberado y obtuvo un permiso de estadía temporal en Estados Unidos por dos años.

    —Apenas logró su objetivo desde Hidalgo se fue a Chicago, Illinois, donde empezó a trabajar —dice Aida.

    El primer empleo que consiguió Darwin en Chicago fue recogiendo nieve durante el invierno. En la primavera, por recomendación de conocidos, se mudó a Raleigh, capital de Carolina del Norte. Allí, le dijeron, había menos migrantes, por lo tanto, menos competencia para conseguir un buen trabajo.

    En Raleigh comenzó a laborar en una compañía de entregas de comida a domicilio como empleo fijo y ofreciendo sus servicios de barbero de manera independiente. Alquiló una casa. Comenzó a enviar dinero a su esposa mes a mes. El plan comenzaba a dar resultados.

    —Desde que llegó a Estados Unidos no hubo ni un día en el que Darwin no me llamara por WhatsApp o le hiciera una videollamada a Darbelys. Él es un papá presente y muy cariñoso. Ese contacto es vital para mi hija —asegura Aida.

    El permiso de estadía temporal de Darwin vence a finales de agosto de 2025. Le había comentado a su esposa que su intención era aprovechar al máximo su permanencia en Estados Unidos para ahorrar y regresar a Venezuela en septiembre de este año con algo de recursos para emprender.

    Pero la noche del 8 de febrero de 2025, los planes de Darwin quedaron truncados. 

    —Fue detenido en una redada de ICE. Ahí empezó la pesadilla —dice Aida. 

    Agentes del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) allanaron esa noche una casa en Raleigh, Carolina del Norte, locación donde se grababa un video musical. Darwin Hernández estaba allí porque había sido contratado como barbero, según Aida.

    Durante dos días no tuvo noticias de su esposo. El 10 de febrero se comunicó con Aida, le dijo que desconocía lo que sucedía, pero que los agentes de ICE le afirmaron que revisarían su documentación y en unos días quedaría libre. Eso no ocurrió.

    Fue trasladado a un centro de detención de ICE en Georgia, luego enviado a otro centro de detención de ICE en Texas, donde permaneció casi un mes. El 15 de marzo llamó a Aida y le dijo que sería deportado a Venezuela, pero esto tampoco sucedió.

    El nombre de Darwin estaba entre los deportados por el gobierno de Donald Trump a El Salvador la madrugada del 16 de marzo, junto a otros migrantes venezolanos, 238 en total según la lista publicada por CBS, quienes fueron encarcelados en el Centro de Confinamiento del Terrorismo (Cecot), una prisión de máxima seguridad en el país centroamericano.

    Darwin y los demás deportados fueron acusados de ser terroristas y delincuentes, miembros de la banda criminal Tren de Aragua. También de ser migrantes indocumentados en situación irregular en Estados Unidos y que representaban un peligro para la seguridad de esa nación.

    —Los agentes de ICE intentaron que Darwin firmara un documento en inglés en el que reconociera que pertenecía al Tren de Aragua. Él me dijo que escribió en español “No, no pertenezco al Tren de Aragua” —cuenta Aida. 

    Para este reportaje se verificó que Darwin Hernández no tiene antecedentes penales en Venezuela, y que ingresó legalmente a Estados Unidos a través de CBP One por autorización de ICE con un permiso que le permitía residir y trabajar en ese país.

    Una investigación de ProPublica, The Texas Tribune, Alianza Rebelde Investiga y Cazadores de Fake News comprobó que el gobierno de Donald Trump conocía que la mayoría de los venezolanos enviados a El Salvador no tenían condena por crimen alguno en Estados Unidos según registros del Departamento de Seguridad Nacional (DHS, por sus siglas en inglés) y que sus vinculaciones al Tren de Aragua se hicieron sin rigor.

    Un informe del Instituto Cato reveló que al menos 50 de los detenidos y deportados venezolanos a El Salvador ingresaron legalmente a Estados Unidos con permiso previo del gobierno estadounidense, no violaron ninguna ley migratoria y fueron separados forzosamente de sus esposas e hijos.

    Darwin es uno de esos casos.

    —Que Dios te bendiga y te cuide, fue lo último que le dije el sábado 15 de marzo. Desde entonces ni la niña ni yo hemos podido hablar más con él —relata Aida.

    Darbelys, quien ya cumplió seis años, le pregunta diariamente a su mamá dónde está su padre. Ambos generaron un vínculo muy estrecho. Darwin cuidaba de su hija los días de la semana en los que a Aida le correspondía hacer guardia como enfermera en la Maternidad del Sur de Valencia.

    —Él es su todo. A pesar de que estaba lejos, siempre hablaban a diario, pero ahora no, él desapareció. La ausencia del papá enfermó a mi hija de depresión  —cuenta Aida. 

    Llanto diario, dificultad para conciliar el sueño, desánimo, pérdida de apetito, mirada de tristeza y ansiedad son los síntomas que detectó Aida en Darbelys.

    —El no poder oír o ver a su papá le afectó tanto que la niña desarrolló una bronconeumonía, así fue diagnosticada por una médica pediatra. Estuvo a punto de ser hospitalizada, tuve que dejar de trabajar por un tiempo y olvidarme de las guardias de noche para cuidarla.

    La niña no sabe que su padre está detenido en una prisión en El Salvador sin ninguna comunicación con su familia. Aida decidió aplicar una estrategia similar a la película italiana “La vida es bella” de Roberto Beningni. Para protegerla le dice a Darbelys que su papá trabaja en una finca lejana donde no hay señal del celular, pero que él está muy bien.

    —No quiero que sepa la realidad. Por la noche le leo sus cuentos favoritos para que se duerma, “El rey león” o “El gato con botas”. A veces le pongo mensajes de voz viejos que tengo guardados en el WhatsApp, escuchar la voz del papá le da calma.

    Darbelys, quien aprendió a leer y escribir precozmente, redacta con frecuencia cartas dirigidas a su padre, según su mamá. La niña también hace dibujos para su papá casi a diario, por ejemplo, en uno pinta flores y lo que se asemeja a la bandera de Estados Unidos, en otro un corazón violeta. En todos escribe la frase “papá, te amo”.

    —El impacto psicológico que tiene una detención arbitraria de un papá en una familia dejada atrás por la migración tiene un efecto devastador para un niño o niña. Perder uno de tus pilares emocionales reafirma el temor de no volver a verle y los deja en una condición aún más vulnerable —explica el psicólogo y coordinador adjunto de Cecodap, Abel Saraiba.

    —Contar con la protección y apoyo de la mamá en una experiencia de este tipo es invaluable, es un refugio afectivo. Mi recomendación es que el niño o niña también tenga un acompañamiento psicoemocional de un profesional que le ayude a superar las alteraciones del estado de ánimo y recuperarse —agrega Saraiba.

    La familia Hernández Díaz no tiene los recursos para contratar un abogado y estuvieron muy desorientados respecto a qué hacer, por lo que acudieron al gobierno venezolano para pedir ayuda.

    El gobierno de Nicolás Maduro rechazó oficialmente la detención de los venezolanos, exigió la excarcelación y repatriación de los presos en El Salvador y en un comunicado precisó “que se criminaliza de forma infame e injusta a la migración venezolana” porque “fueron condenados sin el debido proceso”. 

    El gobierno asumió el caso de manera colectiva a través de la Fiscalía General de Venezuela y la contratación de una firma de abogados en El Salvador que representa al Estado venezolano y a los familiares de los detenidos.

    La responsable de la familia de Darwin en las gestiones ante el Ministerio Público es la suegra de Aida, Carmen Carache, quien se traslada desde Valencia hasta Caracas cada vez que debe acudir a una reunión o trámite.

    —Yo no puedo, debo trabajar y cuidar a mi hija —comenta Aida, quien desde la detención de Darwin quedó en condición aún más vulnerable al dejar de recibir las remesas que cada mes enviaba su esposo para la manutención de ella y de la pequeña Darbelys porque su sueldo de enfermera apenas alcanza.

    Según un informe de Human Rights Watch (HRW), los gobiernos de Estados Unidos y El Salvador han sometido a los venezolanos deportados y encarcelados a desaparición forzada y detención arbitraria.

    —Estas desapariciones forzadas constituyen una grave violación del derecho internacional de los derechos humanos, dijo Juanita Goebertus, directora de la División de las Américas de Human Rigth Watch.

    En la investigación de Human Right Watch también se precisa que esta acción ha dejado a estos inmigrantes por fuera de la protección de la ley y ha causado a sus familias un dolor inmenso que se traduce en separación de padres e hijos.

    Una investigación previa de Human Rigth Watch en conjunto con Texas Civil Rights Project (TCRP) y el Centro Internacional de Derechos Humanos Lowenstein de la Facultad de Derecho de la Universidad de Yale concluyó que en la política de Estados Unidos hay un patrón que vulnera los derechos de los migrantes y somete a las familias a separaciones forzadas que se deben evitar.

    —La mayor angustia es no saber nada de él, que esté incomunicado, que mi hija no pueda hablar con su papá. Es una angustia muy dolorosa que se siente en el pecho —insiste Aida.

    Carlos Trapani, abogado especialista en derechos del niño y coordinador general de Cecodap, considera que en este caso se debe analizar los derechos de los migrantes bajo la mirada de protección integral del niño o niña.

    —La no separación de las familias es un mandato y debe prevalecer el interés superior del niño —afirma Trapani.

    La Convención sobre los Derechos del Niño, el tratado internacional que define las pautas de protección general y el marco regulatorio de los derechos de los niños, niñas y adolescentes en el mundo, establece que todo niño o niña requiere una doble protección en el tema de migración, tanto por su condición de niño como por su condición de migrante o hijo de migrante.

    El derecho a la familia no solo significa formar parte de un núcleo familiar, también es mantener contacto permanente o regular con los padres aun cuando estén en residencias separadas o en países distintos.

    Por su parte, en la Convención de los Derechos de los Trabajadores Migratorios y de sus familiares, se precisa que no solo es migrante quien se va sino también los hijos de migrantes que permanecen en el país de origen y son dejados atrás. La niña Darbelys tiene este perfil y también derechos que la protegen.

    —Las detenciones arbitrarias que implican separación de padres de sus hijos son contrarias a los principios generales de protección integral a los niños y vulneran los derechos humanos de los hijos de estos migrantes —subraya Trapani.

    —A pesar de todo, tengo mucha fe de que pronto quedará libre. Él se reencontrará con nosotras. Si hay justicia, Darwin regresará a casa —dice convencida Aida.

    *Esta investigación es un nuevo capítulo de la serie #HijosMigrantes producido en alianza entre Historias que laten y TalCual en la que indagamos y narramos las historias de estas familias rotas.

    TAL CUAL

  • Se nos fue Sonia Sgambatti: jurista, defensora de los derechos de la mujer y referente de equidad de género

    Se nos fue Sonia Sgambatti: jurista, defensora de los derechos de la mujer y referente de equidad de género

    Con profunda tristeza al recibir la noticia del fallecimiento de *Sonia Sgambatti*, una figura emblemática en el ámbito jurídico, político y social de Venezuela, una mujer cuya vida marcó un cambio real en la defensa de los derechos de la mujer.

    Como abogada y penalista graduada de la UCV, y *magíster en Derecho y doctora en Ciencias Penales*, Sonia se destaca como *magistrada de la Corte Suprema de Justicia*, senadora de la República, viceministra y ministra encargada de Justicia, y delegada ante la OEA y la ONU por los derechos de la mujer.

    Fue también *cofundadora de la Federación Venezolana de Abogadas*, impulsora de reformas legales trascendentales –como la derogación del atenuante de uxoricidio por adulterio– y autora de obras como *“La mujer: ¿ciudadana de segundo orden?”.

    Tuve el honor y gran privilegio de que me recibiera en su casa, donde la entrevisté y, además, pude conversar con ella sobre muchos temas del acontecer social y político de Venezuela. En cada encuentro me encontré con una mujer de convicciones firmes, combativa en la defensa de las mujeres y de los derechos humanos, pero siempre coherente, reflexiva y dedicada a la causa del país.

    Su partida deja un legado imborrable: la lucha por una Venezuela más equitativa, justa y respetuosa de los derechos de las mujeres. Hoy la recordamos con admiración, gratitud y el compromiso de continuar su obra.

    Gracias, Sonia, por tu valentía, tu claridad y tu ejemplo. Descansa en paz.

    Juan José Ojeda Díaz / Prensa de Solidaridad

  • PRAGMATISMO POLITICO O ¿AHORA QUE HAREMOS?

    PRAGMATISMO POLITICO O ¿AHORA QUE HAREMOS?

    Van 6 cortes de luz…»¿Cómo  hacemos? ¿No hay alguien que diga algo?» La respuesta de otra vecina: «Aquí aparece gente protestando cuando hay elecciones». Este diálogo no ha desaparecido de nuestra cotidianidad. Evidencia la dramática ruptura y el cuestionamiento de la conexión, entre el dirigentazgo  político y  la sociedad, aparece solo en procesos electorales. Vale a acotación que actualmente el miedo influye.
    En las campañas electorales de países latinoamericanos se ofrece convertir países o ciudades arruinadas en «tacitas de oro», como si el  demagógico orador fuese el propio rey Midas.
    Ambos elementos: Electoralismo y populismo pertenecen al arsenal cultural del pragmatismo.
    El pragmatismo que muchos políticos  celebran, cultivan, se ufana de ir a lo directo «sin paja”, “esto no es filosofía, ni poesía, vamos a lo concreto sin  elucubraciones», nos han conducido a la ruina. Su simplificación, de lógica formal y numérica, ignorando la complejidad humana, la realidad que se pretende cambiar.
    Terminan empobreciendo y destruyendo sus organizaciones políticas anémicas de ideas, de soluciones idóneas para convertir la política solo en su fama y ascenso social y financiero.
    El pragmatismo derivó a un activismo compulsivo, medir lo político en actividades, actos, reparto casa x casa, arepazo,  etc. Una manera de medir las cosas solo por iniciativas sonoras. La política tiene modos de expresión y grados de eficacia, con movimientos de variada  naturaleza, incluso silenciosa como la del Domingo 25 M., una política medular impactante y arrolladora. Ha ocurrido que cuando no hay una actividad convencional,  clásica, hay quienes piensan “no se está haciendo nada”. La tarea fundamental es acopiar fuerzas nacional e internacionales, activar mecanismos inéditos de probada eficacia y promover iniciativas participativas que no expongan y sumen fuerzas.
    Luis Enrique Vizcaya   Subero