La llamada pomposamente “Ley Orgánica Libertador Simón Bolívar contra el Bloqueo Imperialista y por la Defensa de Venezuela”, aprobada a velocidad de Correcaminos en la Asamblea Nacional del PSUV, es otro barrote en la jaula jurídica que ha venido construyendo un régimen que sustituye a la Constitución de 1999, la democrática participativa, la del Estado de Derecho y Justicia, por un autoritarismo patrimonial, capitalismo de “compinches” (“amiguetes” lo llama el Premio Nóbel de Economía, Paul Krugman), que no solo reproduce las peores prácticas represivas de regímenes totalitarios clásicos (la Alemania Nazi, la URSS estalinista, la Italia de Mussolini o la España de Franco), sino que introduce un daño doloroso en el tejido de la sociedad venezolana al instituir la figura del sapo comunitario, las conocidas “orejas” del somocismo, en la figura de las jefas de UBCH devenidas “jueces de paz” que, por alguna riña en la cuadra, pueden arruinarle la vida a cualquier vecino acusándolo de “traidor a la Patria”. Supongo que, en su psicopatía, los ideadores de estas leyes tienen orgasmos sádicos por las consecuencias futuras plasmadas en posibles facturas futuras, lo cual posibilitó aquellas calamidades en la fragmentada Yugoslavia, la despedazada Siria o la destrozada Ruanda.
La mencionada Ley prevé penas de hasta 30 años de prisión e inhabilitación de hasta 60 años para las personas que “expresen su apoyo a las sanciones internacionales impuestas al país sudamericano”, aunque en realidad, viendo los criterios farisaicos de estos tipos, se aplicará a cualquier expresión de reclamo o protesta (por ejemplo, por el aumento del 200% de las tarifas de la una electricidad que solo algunas veces aparece). La nueva Norma incluye sanciones para medios de comunicación que promuevan la imposición de medidas coercitivas unilaterales u otras medidas restrictivas o punitivas serán sancionados con la revocatoria de la concesión y una multa de entre mil y un millón de veces el valor de cambio publicado por el Banco Central de Venezuela. Solamente como un botón de muestra se puede percibir la gravedad de la ley aprobada, leamos la disposición que crea un Registro que nos convierte a todos en sospechosos y posibles víctimas del trato que se le ha dado a los más de dos mil presos actuales, incluidos adolescentes. Veamos:
Artículo 23: Se crea un Registro con carácter nacional en el que incorporará la identificación de las personas naturales, jurídicas, nacionales o extranjeras, respecto de las cuales exista un motivo fundado para considerar que está incursa en alguna de las acciones contrarias a los valores y derechos irrenunciables del Estado, previstas en esta Ley, a los fines de imponer medidas económicas restrictivas, temporales y de carácter administrativo, dirigidas a mitigar el perjuicio que sus acciones producen contra la República Bolivariana de Venezuela y su población. La organización y funcionamiento del Registro Nacional será regulado por el reglamento de la Ley.
La sanción será a perpetuidad para todos los ciudadanos que han conspirado, según esos sapos, contra la República, pidiendo sanciones. Además, sus efectos legales son retroactivos, en violación abierta a la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela. Encima, todos los bienes de esos acusados de “traidores a la patria” serán confiscados a través de la Ley de Reserva de Dominio. Como los psiquiatras recomiendan el humor venezolano como vacuna frente a la depresión que estas noticias ocasionan, es importante recordar el genio de Billo Frómeta, quien, al parecer, puede encabezar la lista de ese registro de sospechosos, solamente con la guaracha “Ay qué general” que, para actualizarlo, debemos cantar como “Ay, qué Nicolás”.
Ay qué general (Ay, que Nicolás)
Cuando yo sea general
General de la Nación
Tengo ya mis planes listos
Pa arreglar esta cuestión
A Renato, el de la orquesta
Me lo mandan a parar
Lo mismo a Porfi Jiménez
Aldemaro y otros más
Pa que no suenen ni un pito
Acabo con las orquestas
Vengo para la retreta y me quedo yo solito
¡Ay, qué general ¡Ay, que Nicolás!
Si como dice la prensa
Hay más hombres que mujeres
Es que hay mucho sinvergüenza
Que ya trabajar ni quieren
Por eso en un momentico
El problema yo resuelvo
Meto a todos los hombres presos
Y me quedo yo solito
¡Ay, que Nicolás! ¡Ay, que Nicolás!
Me dicen que allá en la plaza
Hay mucho carro de alquiler
Y que la gente en Caracas
Ya ni sabe lo que hacer
Pero como soy muy listo
En todos estos menesteres
Acabo con los choferes
Y me quedo yo solito.
¡Ay que Nicolás! ¡Ay, que Nicolás!
Y como hay muchos partidos
Que quieren la presidencia
A toditos yo les pido
Que tengan mucha paciencia
Que esperen las elecciones
Lalai lalalai lallai la los calzones
Y me quedo yo solito.
¡Ay que Nicolás! ¡Ay que Nicolás!
Los conjuntos de guitarra
Los fusilan uno a uno
Y a los que tocan la salsa
Que los manden para el Burro
Los que cantan nueva ola
Me les ponen siete grillos
Y a los viejos de la Billos
Me los mandan pal asilo
Que arresten a los artistas
Que hay en la televisión
Y Albertico el de Limonta
Me lo mandan pa prisión
Y al que no quiere callarse
Me lo mandan pa la cárcel.