Que gratificante y satisfactorio es estar al servicio de los más necesitados. No hay compensación que rebase la gratitud que demuestran estos, a través de sus miradas y sonrisas.
Este sábado próximo pasado, en la Clínica Piedra Azul, institución que con total humildad lidero en compañía de un valioso equipo, se realizó una jornada médica especial gratuita a cientos de pacientes provenientes de diversos puntos de la Gran Caracas.
Una actividad multidisciplinaria, que sumó el conocimiento, sabiduría y don de gente de los médicos de distintas especialidades que se brindaron, bajo la excusa de la medicina preventiva. Un instante de protagonismo y especial atención a venezolanos que no pueden costear la atención primaria a su bien más valioso: ¡la propia salud!
La presencia de abuelos, progenitores, familiares y niños, haciendo cola desde la madrugada con la esperanza de conseguir cura a diversas patologías, nos permitió reflexionar sobre la necesidad de un país más solidario. Hermoso ver a los padres acompañando a sus parejas y/o niños, en búsqueda de la salud. Por lo que agradecemos a Dios que esa espera se convirtió también en un espacio de compartir en familia.
Para el sector privado es cada vez más difícil desplegar este tipo de actividades. Y hacerlo nos mostró no solo que nuestra gente la necesita y la espera. Permitió también ver a nuestro personal dispuesto y decidido a ayudar al prójimo.
Sumar esfuerzos ayuda a construir. Y allí donde hay construcción, ayuda a articular esos esfuerzos. Y donde hay mecanismos de articulación, podemos lograr cohesión. Y este caudal de personas asistentes nos mostraron en forma cívica que están allí, a la espera de la atención por parte del Estado y la iniciativa privada, de la puesta en marcha de lo necesario para atender la calidad de vida en escenarios de creatividad ante la real disponibilidad de recursos.
La jornada permitió evidenciar lo importante del aporte del músculo que debe originar la conciencia colectiva. Granos de arena para atender el mar de situaciones de salud personales y comunitarias. Granos de arena que mostraron la vocación social de nuestros médicos, dispuestos y con las manos abiertas y un rostro sereno y alegre. Cálida atención por parte de nuestro personal administrativo y logístico a esa ingente cantidad de personas que buscaron una gota de solución en el Hogar de su Salud.
Venezuela tiene con quien. Profesionales dispuestos y habitantes conscientes de la valoración del esfuerzo que se les brindó. Las respuestas de todos apuntaron a un punto: el encuentro entre hermanos, en nombre de la salud de todos. Reconocimos, en el otro, al hermano. Nos reencontramos en un ejercicio social de convivencia, a través de la prestación de salud. Todos somos necesarios, y la ruta es tener ya el país del futuro, para crecer y avanzar juntos.
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Hago votos para que surjan miles de iniciativas que vayan en busca del ser humano. Sin intereses diferentes al reencuentro y reconocimiento de todos como parte de nuestro gran país. Nuestra marca es Venezuela. Nuestro futuro somos nosotros haciendo lo posible para que servir al otro sea nuestro mejor presente.
Griselda Reyes es empresaria. Miembro verificado de Mujeres Líderes de las Américas.
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