- Margarita Rodríguez*
- Título del autor,BBC News Mundo
- 8 octubre 2024
«La sensación de sobrevivir solo no es un buen sentimiento», dice el futbolista palestino Khaled Dader.
«España es un país muy hermoso», cuenta desde Madrid. «Siento el apoyo de la gente, pero estoy muy triste por mi familia».
«No dejo de pensar que no tienen suficiente agua, electricidad, alimentos mientras yo sí estoy comiendo».
Su familia está en Gaza, territorio devastado por la guerra que se desató el 7 de octubre de 2023.
Dader juega en el Club Deportivo Independiente Vallecas, un equipo amateur de ese barrio de la capital.
«Khaled llega al club a través de la Cruz Roja, que acoge a refugiados de diferentes países», le indica a BBC Mundo Daniel Padilla, entrenador del plantel y profesor de Sociología del Deporte en la Universidad Europea.
«Como un club de fútbol popular, queremos, a través del fútbol, ayudar a personas que están en riesgo de exclusión, en este caso inmigrantes o refugiados, a formar parte de la sociedad española y a hacer su proyecto vital en nuestro país.
«Khaled es un futbolista bastante bueno, muy disciplinado y jovial, siempre con ganas de apoyar, demuestra liderazgo en el vestuario.
«Es muy competitivo en el campo, quiere ganar a toda costa y se deja la piel, pero también anima a sus compañeros y eso hizo que lo recibieran bastante bien».
Sin embargo, Padilla y el club reconocen la angustia que agobia al joven de 26 años, quien compartió su historia con BBC Mundo por escrito y a través de una videollamada.
Nací en Gaza. Mi infancia fue diferente a la de la mayoría de niños en otras partes del mundo. Estuvo llena de guerras, destrucción y asedio.
Realmente no disfrutamos la infancia. Desde muy pequeños, tenemos que asumir muchas responsabilidades.
Crecí en una familia de deportistas. Mi padre, Jamil Dader, entrenó a la selección palestina de baloncesto y mi tío Ibrahim Abu al Sheikh fue futbolista y se dedicó al periodismo deportivo.
Empecé a jugar fútbol desde muy niño, cuando mi papá me llevaba a un famoso club deportivo en Gaza.
Todo el mundo ama el fútbol en Palestina, pero la infraestructura es limitada y poco desarrollada. Los asedios y las guerras están entre las razones que explican la falta de progreso deportivo.
Dejé Gaza en 2022 y me fui a Ramala (ciudad ubicada en Cisjordania) para jugar profesionalmente en el Club Deportivo al Amari de la liga profesional palestina.
Cuando comenzó la guerra (el 7 de octubre de 2023) estaba en Ramala, pero el resto de mi familia se encontraba en Gaza.
Muchas personas me ayudaron a obtener una visa para poder salir.
El trayecto de Ramala a Jordania fue difícil porque en los pasos fronterizos hay israelíes y en mis documentos dice que soy de Gaza, lo cual representaba un peligro.
Pero logré avanzar y, con ayuda de un agente de fútbol, conseguí un contrato profesional para jugar en Libia.
Debido a la situación inestable en ese país, me tuve que ir y logré viajar a España, donde introduje una solicitud de asilo.
La sensación de sobrevivir solo no es un buen sentimiento, quiero que mi familia venga para que podamos vivir juntos.
En Gaza, tengo a mis padres, a mi hermano, a su esposa y a mi sobrina, que es una niña pequeña.
Lo han perdido todo, nuestra casa quedó totalmente destruida.
Desde que empezó la guerra se han tenido que desplazar ocho veces, primero al centro de Palestina, después al sur y, así, a muchos otros lugares. Ahora viven todos en una tienda de campaña cerca del mar.
España es un país muy hermoso, su gente es bella, el clima es maravilloso, siento el apoyo de los españoles, pero estoy triste porque mi familia no está conmigo.
Es muy duro estar lejos de ellos. No dejo de pensar que no tienen suficiente agua, electricidad, alimentos mientras yo sí estoy comiendo.
Incluso mi parte psicológica no está bien, constantemente estoy pensando en ellos y eso me angustia.
Pero siento que tengo que luchar no solo por mí, sino por mi familia y su futuro. Lo único que quiero es que la guerra termine y encontrar un lugar seguro para ellos.
Estoy tratando de ayudarlos con una campaña de crowdfunding a través de internet y las redes sociales, pues mientras se procesa mi solicitud de asilo no tengo ingresos.
Mi hermano está herido, quiero colaborar para que reciba el procedimiento médico que necesita.
Sabía que otras personas habían iniciado campañas de recaudación de fondos, pero nunca pensé que llegaríamos a ese punto. Lo teníamos todo, vivíamos bien. Ahora no tenemos nada.
Comunicarme con ellos es muy difícil, allá no tienen internet y la mayoría de las veces las llamadas telefónicas no funcionan.
Vivo en Vallecas, tengo muchos amigos aquí, juego para el Independiente de Vallecas, estoy aprendiendo español, quiero estudiar derecho.
Pero, aunque me pasan cosas positivas en España, siempre estoy triste, no puedo dejar de pensar en mi familia en Gaza.
Mi sueño es jugar profesionalmente aquí y probar que un futbolista palestino puede alcanzar sus sueños.
Desde que era niño soy seguidor de la selección española y del Real Madrid.
Me encanta el Rayo Vallecano, me gustaría jugar para ese club, pero como no tengo papeles, no puedo jugar para otro equipo. También me gustan el Valladolid y el Alcorcón.
Desde que llegué, he sentido mucho apoyo de la gente a mi alrededor y en el club en el que estoy.
A donde voy, encuentro ayuda, pero no puedo negar cuán triste estoy.
He perdido a muchos amigos, entre ellos futbolistas.
Un año
El 7 de octubre de 2023, un grupo de milicianos de la organización Hamás invadieron Israel y mataron a cerca de 1.200 personas y tomaron unos 250 rehenes, en el que se considera el ataque más mortífero que ha sufrido el país en toda su existencia.
Ese mismo día, Israel reaccionó con una operación militar que ha devastado la Franja de Gaza y ha dejado más de 41.000 muertos y más de 95.000 heridos. La mayoría de las víctimas son civiles, muchas de ellas mujeres y niños.
El 90% de la población de Gaza se ha visto forzada a abandonar sus hogares. Eso es: 1,9 millones de personas, algunas de las cuales han sido desplazadas hasta 10 veces o más, según Naciones Unidas.
De acuerdo con esa organización, el bloqueo que Israel impone sobre la entrada de ayuda humanitaria a la Franja ha provocado que gran parte de la población viva en condiciones infrahumanas.
Grupos de ayuda humanitaria han advertido que el sistema de salud en Gaza está colapsando.
Según la Organización Mundial de la Salud, más de 22.500 personas, alrededor del 25% de los heridos en Gaza, han sufrido lesiones que les han cambiado la vida y necesitan tratamientos de rehabilitación «ahora y en los próximos años”.
*Riham Eldeeb, periodista del Servicio Árabe de BBC News, colaboró en este artículo.
BBC MUNDO