«Cookie» apeló a la mezcla de sus envíos quebrados y al cambio para sacar de paso a los bateadores de San Luis
El derecho venezolano de 37 años, Carlos Carrasco, sigue haciendo méritos para quedarse con los Yankees de Nueva York y seguir demostrando que con su experiencia puede seguir rindiendo al máximo nivel del deporte.
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No obstante, el pasado domingo estuvo fino en la derrota de los Yankees 6-5 ante los Cardenales de San Luis. Completó tres entradas en las que permitió dos imparables, una carrera (HR de Alec Burleson), otorgó un boleto y ponchó a tres contrarios. En total, realizó 49 pitcheos (34 en zona de strike).
Con esta actuación, dejó su efectividad en 2.35 al cabo de siete episodios y dos tercios de labor a lo largo de tres presentaciones; incluyendo dos aperturas, en las que acumula seis guillotinados, WHIP de 1.17 y promedio de .154 ante la oposición.
Ahora bien, con las lesiones de Gerrit Cole y el joven dominicano Luis Gil, a Aaron Boone le urge tener más profundidad en su pitcheo abridor. Y, en ese sentido, Carlos Carrasco busca ser tomado en cuenta como un brazo que puede aportar innings de calidad, sobre todo en un momento de su carrera en el que prima más por ubicación que por velocidad.
De hecho, esta salida ante los ‘pájaros rojos’ fue una muestra de ello, al no depender de su recta, sino de la mezcla de sus envíos quebrados y fuera de velocidad. Utilizó en 16 ocasiones el sinker (33%) y otras 12 veces tanto el cambio como la slider, representando con estos envíos su total de swings en blanco (10) y 15 de sus 18 strikes (cantados y fallando swings).
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