El receptor buscará trasladar su buena temporada regular al Round Robin, para seguir aportando beneficios a los bengalíes
En una liga donde el pitcheo suele ser el punto débil, es necesario contar con un receptor que tenga la habilidad y la sapiencia de llamar a juego, que inspire confianza detrás del plato, con la finalidad de hacer mejores a los lanzadores. en esta temporada 2024 de la LVBP, los Tigres de Aragua, encontraron en la figura de Jesús Sucre, un careta con esas habilidades para hacer mejores al cuerpo de pitcheo.
Sin lugar a dudas, el experimentado receptor logró una temporada regular destacable, siendo referente detrás del plato y, con su sorpresivo despliegue ofensivo, se erigió como uno de los bateadores más consistentes en el line up de los aragueños.
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Sucre, llegó con una preparación más completa de cara a la zafra 2024-2025 de la pelota invernal venezolana, por lo que, el trabajo realizado en la temporada muerta, le funcionó para llevar a los bengalíes a estar entre los primeros lugares en efectividad del torneo.
Asimismo, el relevo de los Tigres con el llamado de juego de Jesús Sucre, logró establecerse como el mejor cuerpo de relevistas en hold con 48, superando por la mínima a las Águilas del Zulia con 47.
Disciplina en el plato
Jesús Sucre es conocido por su versatilidad en la defensa, sin embargo, en la temporada 2024, el receptor tuvo un despertar ofensivo que lo hizo ocupar la cuarta casilla entre los toleteros bengalíes con mejor promedio al bate con .342, en 36 compromisos disputados.
Asimismo, durante gran parte de la primera mitad de campaña, Sucre estuvo bateando sobre los .400 puntos, cargando junto a Lorenzo Cedrola y José “Cafecito” Martínez, la ofensiva de los aragueños.
El oriundo de Cumaná, logró un tope personal en la liga con 40 inatrapables, también superó la cantidad de carreras impulsadas en una campaña con 20, conectó cinco dobletes, anotó en 13 ocasiones y labró su tercera zafra en su carrera con un promedio por encima de los .300 puntos.
Un factor que fue determinante fue su mejor selección de pitcheos, pues, en 117 visitas al plato, solo pudieron poncharlo en seis ocasiones, es decir, su tasa de abanicado era de un ponche por cada 20 turnos aproximadamente.
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