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¿Por qué está ganando Nicolás?, por Ángel Monagas

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Foto del home: La Gran Aldea

En política no siempre pasa lo que uno quiere. Ciertamente el resultado final es ajeno a lo que el pueblo opositor expresó en las elecciones primarias.

¿Cómo hacer cumplir la voluntad de las mayorías, sin arriesgar su humanidad? ¿Qué va a ocurrir con toda una dirigencia que se preparaba para futuros procesos encabezados por María Corina Machado?

Jugar hoy a la abstención, al boicot del proceso, es una opción pero mañana cuando vengan las otras elecciones, no habría moral para llamar a «votar». Eso sucedió en el 2018 y en el proceso siguiente, se actuó en contrario.

Cuando en noviembre del 2021, se decidió participar, sin saberlo o tal vez en ese convencimiento, se aprobaron a priori, muchas decisiones futuras. Las reglas del juego no las pone la ley, sino quienes gobiernan. Y con esas mismas reglas algunos gobiernos similares han terminado en salida.

No es lo que queremos pero es lo que hay. Jugar al ataque y crítica constante de otro opositor, es jugar para el gobierno, así de simple.

Sobre la transición

Mucho se habla. Poco se dice y se explica. La transición de un gobierno es un proceso complejo que implica el traspaso de poder de una administración a otra. De un sistema a otro. Del comunismo a la democracia, por ejemplo, como sucedió en algunos países del desaparecido bloque soviético.

Aquí hay algunos pasos generales que pueden ayudar a lograr una transición de gobierno exitosa:

  1. Planificación: El gobierno saliente debe planificar con anticipación la transición, incluyendo la identificación de los principales temas y desafíos que enfrentará el nuevo gobierno.
  2. Transparencia: La transición debe ser transparente y abierta, permitiendo que el público esté informado sobre los cambios que se están llevando a cabo.
  3. Comunicación: El gobierno saliente y el entrante deben mantener una comunicación abierta y honesta, asegurando que la información relevante sea compartida y que las decisiones sean tomadas en base a una comprensión completa de la situación.
  4. Colaboración: El gobierno entrante debe trabajar en colaboración con el gobierno saliente para asegurar una transición fluida y sin interrupciones en los servicios públicos.
  5. Capacitación y orientación: El gobierno entrante debe recibir la capacitación y orientación necesarias para que puedan asumir sus nuevas responsabilidades de manera efectiva.
  6. Transición de personal: El personal del gobierno saliente debe trabajar en colaboración con el personal del gobierno entrante para asegurar una transición sin problemas en las funciones y responsabilidades.
  7. Evaluación: El gobierno entrante debe evaluar las políticas y programas del gobierno saliente, y tomar decisiones basadas en la efectividad y la eficiencia de estos.

Es importante tener en cuenta que el proceso de transición de un gobierno puede variar dependiendo del país y del sistema político en el que se encuentre.

Lo básico de una transición, luego de una salida electoral, es la comunicación y la colaboración, además de una sostenida voluntad política.

Pinochet se sometió a un proceso electoral, con el acuerdo previo de una salida «honrosa», si la situación se presentaba, lo cual ocurrió.

Las nuevas autoridades, acusadas por cierto de lo mismo que se acusa a Capriles, Rosales, Ramos Allup, entre otros, no iban tras su búsqueda o la de su familia y la justicia obró con mucha prudencia.

El recuerdo de la detención de Pinochet en Inglaterra está fresco.

El papel de María Corina

Jesucristo sabía que iba a morir sin embargo dio el paso. Este acto de valentía y sacrificio es tema central en la fe cristiana. Según los relatos bíblicos, Jesús era consciente de su destino y aceptó morir en la cruz para redimir los pecados del mundo. Su decisión de dar el paso hacia la muerte refleja su amor incondicional por la humanidad y su deseo de reconciliar a la gente con Dios.

Traigo a consideración este ejemplo, porque yo pensé que María Corina iba a hacer algo similar, guardando las distancias.

Todos los equipos y voluntarios a su alrededor, quedaron a la expectativa de sus aspiraciones, pues ella antepuso su aspiración a la de ellos, a la cual también tenían derecho, pues en política las aspiraciones son colectivas.

Me explico.

Yo, como muchos venezolanos, hubiésemos querido tener a María Corina Machado de presidenta. Por razones que sobra explicar, eso no es posible en estas circunstancias. Entonces se nos plantea ¿Qué hacer? ¿Votar o no votar?. Las palabras, los desencuentros, aunque no se diga, fortalecen la abstención, la decepción, la desesperanza.

Odio entre hermanos

El odio entre hermanos puede surgir debido a una variedad de factores, incluyendo rivalidad, diferencias de personalidad, y conflictos de intereses. Los hermanos pueden competir por la atención y aprobación de sus padres, y también pueden tener personalidades y estilos de vida muy diferentes. Además, el resentimiento y el enojo pueden acumularse con el tiempo si no se resuelven los conflictos.

Es el problema en la oposición. Uno supone lazos de hermandad o de unión ante 25 años de cruel chavismo, y no es así. Ha sido lo mismo con sus variables desde 1998.

Siempre ha sido la oposición

Todos los días las redes y los programas de opinión se nutren de los ataques entre opositores. Ahora hasta el comisario Simonovis, quien no ha sido muy asertivo últimamente, también amenaza con denunciar a Rosales.

Es decir, el enemigo es Rosales y no Nicolás, ni otros que administraron los millonarios recursos dados a través de fundaciones.

Corina Yoris, que tampoco participó en primarias, crítica a Rosales y lo califica al igual que María Corina de traidor. Si hubiese sido Eduardo Fernández, o Henrique Capriles, sería igual. Es la misma película que hemos visto a través de todos estos años de dominio chavista.

Para mí la auténtica traición es permitir que Maduro gane por jugar equivocadamente. Por anteponer los egos, la soberbia y el resentimiento al inicio de un nuevo período republicano.

Pareciera que es peor un opositor, que un chavista que ha ejercido el poder contrario a los principios democráticos… No lo digo yo, son los hechos.

¿Por qué no podemos ponernos de acuerdo, por encima de todas las diferencias y errores?

La estrategia de Nicolás

El periódico El Nuevo Herald se equivoca cuando habla de los candidatos opositores. Cualquier opositor frente a Maduro, en un proceso lícito, transparente, es capaz de ganarle.

El chavismo consciente de estas diferencias irreconciliables lanza un veto, lo cual en un proceso de transición es válido políticamente y el sector que respalda a María Corina, lo interpreta como un respaldo a otro sector opositor y señala que «Maduro no puede escoger nuestro candidato».

Gustavo Petro, aliado de Nicolás (eso no lo duden) ante su precaria situación política y queriendo ayudarlo dándole más elementos a un grupo opositor, aparenta una diferencia y crítica, hacía el proceso electoral venezolano.

Los venezolanos de la oposición, pisan la «concha» y en cualquier momento, el gobierno de Venezuela rompe relaciones con Colombia (como sucedió con Duque) impidiendo que más de dos millones de paisanos participen en el proceso electoral del 28 Julio próximo.

Colombia es el país donde residen más venezolanos que huyeron del gobierno de Maduro.

Brasil seguirá la misma ruta, porque lo que abunda como decimos en el derecho, no daña. Y todos sabemos que Lula, es el nuevo jefe de campaña de Nicolás. En la oposición lo olvidan.

Señores es obvio que la inteligencia política del chavismo, maneja mejor el tablero de jugadas, amén del apoyo militar y de los poderes públicos secuestrados.

*Lea también: Una película que ya vimos, por Luis Ernesto Aparicio M.

¿Por qué está ganando el chavismo?

Ante estos escenarios, es inevitable un nuevo triunfo del chavismo. No hay señales de encuentro, de unidad afectiva y no efectista de los factores de la Unidad Democrática.

Por ahora el escenario es simple: Usted puede decidir no votar, o simplemente irse, que es lo mismo que votar por Maduro. También puede optar por votar por un opositor, aunque no le guste pero que en resumen es mucho mejor que seguir con Nicolás y lo que él representa. Un opositor en el poder, es factible derrotarlo en un proceso, cambiarlo, superarlo. Un chavista no.

Definitivamente como dice un amigo: La única manera de derrotar al chavismo es contratando sus asesores y enviando los nuestros allá…parece broma pero es muy cierto.

El ventajismo, las «trampas» quizá lo ayudarán. Sin embargo, la desunión, la pelea entre hermanos, es su gran arma secreta. Ruego al Padre Celestial que me equivoque y el espíritu unitario se imponga.

Ángel Monagas es abogado y comunicador.

TalCual no se hace responsable por ni suscribe las opiniones emitidas por el autor de este artículo

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